Tampoco se trata de hacerse los ingenuos. La producción agrícola también libera importantes cargas que impactan en el ambiente. Howden asegura que si bien el clima se mantendrá básicamente igual durante los próximos años, las medidas de todas formas son urgentes. éstas pasan por un cambio de mentalidad de los agricultores que implica mayor flexibilidad en sus cultivos; es decir, irse amoldando a las circunstancias.
– ¿Cuál es el impacto del cambio climático en los sistemas agrícolas?
– Las condiciones de aquí a un par de años serán prácticamente las mismas, irán variando por zonas, lo que aumentará la desigualdad en cuanto a la disponibilidad de alimentos entre un lugar y otro. Australia, por ejemplo, se pondrá más seco y cálido. Las condiciones climáticas serán cada vez más variables, impactando los sistemas de siembra, sobre todo de cereales, y se hará difícil obtener una buena producción de trigo, por ejemplo. Se va a necesitar mayor intervención en el sistema ganadero y los recursos hídricos se volverán valiosísimos. La adopción de políticas adecuadas de gobierno serán cada vez más importante.
– ¿Las medidas son sólo estatales o empresas y productores también tienen que hacer algo para enfrentar estos cambios?
– La mayoría de las opciones para poder adaptarse pasan por el mejoramiento de los actuales sistemas de riesgo climatológico a nivel de agricultores. La idea es ajustar los sistemas de administración agrícola a las condiciones climáticas del momento y como éstas van cambiando, las respuestas en términos de manejo deben irse ajustando a los nuevos requerimientos. A nivel regional, factores como el manejo efectivo de los recursos hídricos se volverán imprescindibles. Dentro de cada país se necesitará un sistema agrícola integral, para poder dar una respuesta que permita seguir con una agricultura de forma productiva, competitiva y sustentable, mientras que a nivel mundial habrá que tomar medidas globales para afrontar el cambio climático.
– ¿Cuál es el efecto real de la actividad agrícola en la producción de gases invernadero?
– En Australia, la producción agrícola es responsable directa del 16% de los gases invernadero, hay otro 6% que proviene del cambio de los usos de la tierra y 16% asociado al uso de energía en la agricultura. El agro contribuye aproximadamente con un cuarto de las emisiones. – ¿Qué medidas concretas se pueden tomar para disminuirlos? Tenemos un amplio rango de propuestas. Algunas tienen que ver con la investigación y desarrollo. Hay que buscar, cómo reducir las emisiones de metano del ganado y cómo aumentar las reservas de emisiones de gases invernadero en bonos de carbono. El gobierno australiano está estableciendo sistemas de intercambio de emisiones para limitar las de gases invernadero y hacer de ellas un commodity que se pueda transar. Se están haciendo muchos esfuerzos, principalmente en investigación y se han anunciado inversiones en esta materia.
– ¿Qué ocurre entonces con países donde la mayor parte de la tierra está en manos de pequeños productores, como en Chile, que no tienen altos recursos económicos?
– A nivel de los agricultores la mayoría de las medidas inmediatas pasan por las buenas prácticas agrícolas y tomar las acciones para el manejo de sus negocios como, por ejemplo, fertilizar cuando tiene que hacerse y no excederse para no contaminar. En términos de las emisiones de metano, en la industria láctea puedes alimentar al ganado con una ración extra de aceite o semillas que contengan aceite, lo que reduce la producción de metano de los animales y, a la vez, aumenta la producción de leche y su calidad, dándole mayores beneficios al agricultor. La idea es reducir la emisión de gases invernadero y, al mismo tiempo, hacer el negocio más rentable.
– ¿Esto último se puede conseguir?
– Si se implementan bien las modificaciones y se convierten en una buena práctica resultan en un mejor manejo de riesgo por parte del sector privado, lo que implica una mayor eficiencia del sistema agrícola, las ganancias aumentan y se invierte lo mismo. Eso les da también una oportunidad de mayor flexibilidad a los agricultores, están preparados para hacer cosas distintas adaptándose permanentemente a las condiciones que se les presentan. La idea es que adapten sus cultivos a distintas condiciones climáticas, poniendo cultivos que requieran menos agua, por ejemplo. Esa flexibilidad probablemente se va a hacer más importante en el futuro, se van a necesitar funcionarios y agricultores que tomen las decisiones más informados a todo nivel.
