En este período cargado de complejidad que nos está tocando vivir, sin duda el impulso de las infraestructuras es uno de los instrumentos a los que están echando mano las distintas autoridades esparcidas por casi todos los países que padecen una contracción económica para hacerle frente.
En este escenario existen dos obras de gran calado universal que tendrán un gran impacto económico y comercial una vez materializadas, me refiero a la ampliación del Canal de Panamá y a la construcción del Corredor Interoceánico entre Argentina y Chile, a través de la cordillera de Los Andes en la zona central.
Sobre la primera, se ha escrito y hablado bastante, se estima que lo gastado hasta ahora ronda los US$ 1.900 millones de dólares de un total presupuestado de US$ 5.250 millones y que debería estar terminada el año 2014.
Los gestores de este gran esfuerzo desean fortalecerse como uno de los focos principales de trasbordo y logística del globo para lo cual deben entre otras tareas levantar nuevas esclusas, dragar las entradas del Canal y modernizar los sistemas hidráulicos.
Estos cambios posibilitaran que el Canal, que ahora puede recibir buques con hasta 4.400 contenedores, pueda dar tránsito a navíos con 12.600 contenedores y que la capacidad de carga a granel suba de las 60.000 toneladas actuales a 150.000.
La segunda, el Corredor Interoceánico, está aún en una fase inicial de pre estudios y de conformación de grupos ejecutores. Para que dimensionen de qué estamos hablando, es pasar de transportar 5 millones de toneladas de carga a 75 millones una vez concluido en todas sus fases.
El inicio implicaría una inversión entorno a los US$ 3 mil millones de dólares, en ella se concretaría el Túnel Ferroviario de Baja Altura que unirá Buenos Aires con Valparaíso.
Existen hasta ahora cinco empresas que han firmado un Memoradum de Entendimiento, para unirse, algo así como una UTE, en términos españoles. Hay una empresa argentina José Cartellone Construcciones Civiles, una chilena Interoceánica, una brasileña constructora Norberto Odebrecht una española constructora y operadora ferroviaria Comsa y una consultora italiana Geodata. Y no son las últimas, seguro que se irán agregando otras a medida que se vayan conociendo las distintas aptitudes que habrá que ir incorporando.
Quienes participen de esta colosal obra estarán cambiando la historia de los países de la región según afirma Hugo Eurnekian, vicepresidente de Corporación América, holding vinculado al empresario argentino Eduardo Eurnekian que lidera la iniciativa, comentario que compartimos plenamente.
El trabajo en relación al proyecto mismo en esta fase inicial ha significado seleccionar de entre 14 alternativas de túneles a tres posibles. El de menor longitud -30 kilómetros- cuesta unos US$ 2.500 millones, el de mediana extensión -40 kilómetros- US$ 2.800 millones y el más extenso -52 kilómetros- llega a unos US$ 3 mil millones.
"Pensamos que la alternativa más extensa va a dar una mejor calidad de servicio y es la que mejor cierra en consonancia con la proyección de demanda que estamos viendo", dice Eurnekian. Las autoridades de Chile y Argentina deberán pronunciarse en su debido momento.
Estas dos obras son solo un ejemplo de las muchas infraestructuras que se deben abordar para mejorar la competitividad americana, la integración física es fundamental para que todos los mercados de la región cobren una dimensión hasta ahora nunca vista.
Son numerosas las empresas del sector de la construcción y de las energías renovables que están dando un salto a América, Chile está siendo visitado profusamente, la implantación de nuevas ingenierías, y de empresas de servicios globales es cada vez más intensa. Y no les falta razón, las oportunidades y la obligación de continuar hacia delante hace que los empresarios decidan poner un pie para estar ahí cuando se les llame.
Estamos convencidos que existen otros países en América a los que también debemos acudir los chilenos llevando lo que hemos aprendido hasta ahora, necesitamos que a nuestros vecinos también les vaya bien en este envite, es una necesidad contar con una macro región atractiva al visitante, que nos permite incrementar los intercambio añadiéndoles valor a cambio de mejorar los niveles de desarrollos de cada uno de nuestros habitantes. En este empeño las infraestructuras son indispensables.