La primera conclusión a extraer al dar un rápido repaso a los números es que Chile continúa siendo uno de los polos más importantes para la recepción de inversión extranjera directa, IED, en el mundo. Inmersos en una crisis global la inversión no ha dejado de llegar, las visitas empresariales se suceden una tras otra, y mes a mes vamos conociendo nuevos asentamientos en los más diversos lugares del territorio chileno.
¿Cuáles son estos números?
La inversión extranjera que entró a Chile mediante el Decreto Ley 600 y que fue autorizada por el Comité de Inversiones Extranjeras, llegó a US$ 10.492 millones, monto casi 4 veces más que el registrado en 2007 y levemente más bajo que el monto histórico alcanzado en 1999, post crisis asiática, año en que se autorizaron US$ 10.780 millones.
A su vez, la inversión materializada, esto es, aquélla efectivamente ingresada al país, alcanzó en 2008 un total de US$ 5.242 millones, cifra 286% superior a la de 2007 y la segunda más alta desde 1999.
El país que lideró la inversión materializada fue Canadá con US$ 2.190 millones radicadas en los rubros mineros y de electricidad, gas y agua. A su vez, en inversión autorizada Canadá fue el segundo inversionista con 16 solicitudes de inversión. Con estos datos, Canadá se consolida como uno de los grandes inversionistas extranjeros en Chile.
España se ubicó en segundo lugar en inversión materializada y sexto en autorizada con 8 peticiones. Los sectores en que se concretaron figuran, transporte y almacenamientos, servicios financieros, servicios a las empresas, seguros, construcción e industria de madera y papel.
“Chile se consolida ante la mirada de los inversionistas extranjeros como un centro confiable y seguro donde invertir sus capitales”, señalo la vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras, Liliana Macchiavello.
A su vez el ministro de Economía y presidente del Comité de Inversiones Extranjeras, Hugo Lavados, indicó que “estas cifras reflejan una vez más que Chile está bien parado para enfrentar la actual situación económica internacional y es algo que los inversionistas extranjeros están valorando. La llegada de Wal-Mart, la diversificación de inversionistas hacia otros sectores más allá de la minería como electricidad, gas y agua; la consolidación de países inversores como Canadá, Reino Unido, España, Estados Unidos, y la incorporación de otros nuevos como Corea del Sur, son claros ejemplos de que Chile está en la retina de los inversionistas”, dijo.
¿Por qué a los países se interesan por la IED?, ¿Por qué tanto empeño en atraerla?
Uno de los principales argumentos es que la IED representa una fuente de financiamiento externo privado para los países. A diferencia de los créditos concedidos por bancos foráneos e inversiones de cartera generalmente dirigidos a obtener beneficios en el corto plazo, la IED se apoya en el largo plazo para alcanzar sus rendimientos en actividades productivas o tecnológicas que controlan directamente quienes las ejecutan.
En épocas de incertidumbre como la que estamos pasando el crédito bancario o las inversiones de cartera se contraen, afloran exigencias que solo unos pocos pueden cumplir, de ahí que la IED constituya una alternativa financiera buscada y que los Estados atraen a través de la promoción.
Más allá de la inversión misma en activos fijos, sean maquinarias o inmovilizados, la trascendencia de la IED, también radica en que es una herramienta de transferencia de tecnología de producción, capacidad técnica, capacidad de innovación y prácticas institucionales y de gestión entre distintos sitios, y además, permite obtener acceso a redes internacionales de comercialización. En ambientes favorables estos intangibles desbordan los límites de las partes directamente involucradas y pueden ser captados por las empresas locales y la economía en su variable más amplia.
Asimismo, la IED es un vehículo muy poderoso para incentivar la productividad y la competitividad, tan pronto se materializa la presencia de una sociedad extranjera en el país de acogida se abre paso a una competencia con entidades oriundas obligando a estas últimas a esforzarse introduciendo transformaciones que las mantengan viables en el nuevo escenario que surge.
Este aumento del efectivo utilizable para la concreción de inversiones y formación de capital en un determinado país, acontece cuando las corporaciones -grandes, medianas o pequeñas-, perciben una política económica sólida que les da ciertas seguridades para alcanzar sus objetivos en el tiempo.
De ahí lo significativo del monitoreo que se hace de manera permanente y constante de la estabilidad política y económica de las naciones a través de distintos ranking internacionales. Hace unos días Moody’s modificó la clasificación de riesgo país de Chile de A2 a A1 gracias al manejo de la actual situación económica internacional. Otros informes como del Institute for Management Development y el Foro Económico Mundial han ratificado a Chile como el país más estable y seguro de América Latina; un buen socio para hacer negocios y un país abierto al mundo.