El propósito era avanzar del lugar 17 al 10, en el ranking 2004 de la FAO entre los países exportadores. Pero la debacle financiera global, el virus ISA que afecta la producción salmonera nacional y la gripe porcina, que modificó los mercados y que, según expertos, tendrá un fuerte impacto en la economía, han puesto freno a las intenciones chilenas. Con el desafío instalado para competir con Francia, Estados Unido e Italia, la pregunta es ¿Tiene Chile reales posibilidades de transformarse en potencia? "Muchas, porque a pesar de que la coyuntura ha sido un tanto negativa, más temprano que tarde nos vamos a convertir en una potencia agroalimentaria", aseguró el presidente de la Asociación de Exportadores (Asoex) y coordinador del Comité Exportador de Alimentos, Ronald Bown.
Para él lo más importante es "crecer sólidamente, en forma sostenida y sustentable en todo sentido. Ser una de las 10 potencias en exportación de alimentos es consecuencia de hacer las cosas bien". En esa línea, el director del Instituto de Desarrollo Agropecuario (Indap), Hernán Rojas, dijo que "ser potencia agroalimentaria no es sólo competir a nivel de exportación con otros países. Ser potencia significa que Chile tiene un liderazgo en la producción de alimentos, que va alcanzando diferentes mercados y que tiene calidad y variedad en los productos que ofrecer" y añadió que "no se puede ser líderes en materia alimentaria sin incorporar a la pequeña agricultura".
El recién asumido presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Luis Mayol, coincidió con estas visiones y sostuvo que "convertirnos en potencia agroalimentaria es una meta de largo plazo porque se trata de una "competencia" permanente. El mundo es dinámico, los países van compitiendo por los mismos mercados y el que tiene ventajas relativas es el que gana".
LAS CONDICIONES NATURALES CLIMATICAS POTENCIAN LA AGRICULTURA EN CHILE
Chile cuenta con algunas ventajas que facilitan su llegada a los top ten. La primera de ellas es el clima mediterráneo que genera las condiciones propicias para asegurar la producción y la calidad. Sólo otros 4 países en el mundo tienen esta característica; España, Australia, EEUU y Sudáfrica.
Además, el aislamiento geográfico del país permite que los productos nacionales sean mejor valorados en mercados extranjeros, dificultando la llegada de pestes y plagas. Junto a ello, la apertura comercial tiene dos fases; una de ellas es la sanitaria. "En esta materia Chile es uno de los países que tiene más mercados abiertos en el mundo, porque hacemos las cosas bien y porque somos islas sanitarias. Estamos bien considerados, pero queda mucho por hacer", sostiene Rojas.
Además destacó la capacidad que tiene el país de exportar en contraestación, lo que beneficia la venta de los productos que integran la canasta exportadora. El control sanitario, la inversión en innovación, investigación y desarrollo, la burocracia estatal, la agresividad comercial y la imagen país son, según los representantes del sector, algunas de las materias que Chile debe tener como prioridad, para posicionarse como potencia en al ámbito agroalimentario.
"Tenemos desafíos relacionados con la calidad, la inocuidad, los aspectos sanitarios. Los casos de listeria que hemos visto no son casualidad. Producir alimentos procesados exige sistemas de aseguramiento de calidad de alto estándar. Eso es un desafío permanente", argumenta el director de Indap.