El primer descubrimiento de este investigador, musicólogo y experimentado ilustrador científico nace tras su paciente observación de flautas prehispánicas con una forma interior del tubo especial, que se repetía consistentemente en diversas culturas desde el sur de Perú hasta el sur de Chile durante 2.000 años.
"Para responder esa interrogante llegué el año 1992 a los ‘bailes chinos’ (chino, quechua = servidor), junto a Claudio Mercado quien hoy es uno de los mejores ‘chinos’ de la región". Recuerda que los antecedentes con que contaba de los "chinos" eran muy pobres; "encontré sólo unas pocas menciones despectivas y lacónicas acerca del sonido.
La realidad sobrepasó lo imaginable: la tradición prehispánica del ‘sonido rajado’ ha permanecido viva, con flautas que suenan como pares, con un espectro armónico riquísimo y denso; con orquestas que multiplican ese sonido durante horas en dimensiones que sobrepasan nuestras categorías de definición de la música, tales como timbre y armonía".
El otro descubrimiento de Pérez de Arce está relacionado con el guitarrón chileno, "una especie de guitarra con 25 cuerdas, que me intrigó cuando lo dibujé para el libro ‘Oyendo a Chile’ de Samuel Claro, (1980). Pero recién en 2002 me decido, primero a estudiar el instrumento con Santos Rubio, una de las dos personas que conserva la tradición ancestral en Pirque, y luego a investigarlo".
En su revisión de antecedentes, apenas encontró una mención a lo "curioso" del encordado. Su investigación, en cambio, definió esa ‘rareza’ como una búsqueda de un sonido fluctuante entre varios instrumentos que tocan juntos, "un concepto absolutamente inédito, cuyo único nexo lo constituye, justamente, el acervo estético sonoro de los ‘chinos’ locales". Ambas investigaciones se enmarcan en un campo mayor que abarca toda la investigación musical americana andina y etnográfica.
"Sus resultados son parte de lo que he llamado el fenómeno del ‘indio invisible’, que oculta lo que viene de la raíz cultural indígena, ya sea a través de la denigración (‘eso no es cultura’) o simplemente ignorándolo, que abarca todo nuestro continente y recién en la última década está comenzando a ser revisado".
Pérez de Arce comunica los resultados de sus investigaciones en congresos, publicaciones y material audiovisual y musicalmente a través del grupo La Chimuchina, y luego La Pichimuchina en la línea de la música indígena, y el conjunto "Pérez", en la línea del guitarrón.