Hoy la técnica ha avanzado tanto que es posible tejer una inmensa tela de araña en Internet con internautas que actúan como servidores de canales y contenidos de pago para sus cientos o miles de clientes interconexionados entre sí a través de la Red, y todo ello a cambio de un abono mensual de 15 € por la conexión. Al fin y al cabo, y como la propia palabra inglesa expresa, se comparte una tarjeta de acceso a la señal y a los contenidos codificados.
La operación policial ha sido brillante y compleja pero finalmente, y después de muchas dificultades, se ha conseguido desarticular a un grupo de estos defraudadores (denominado «The Team Server«) y detener de forma sincronizada a más de cien personas relacionadas con los hechos en diecisiete provincias españolas. Han sido detenidos o imputados tanto los que prestaban el servicio como muchos de los clientes que han sido identificados.
Entre los detenidos en España figuran veinticinco administradores de una red de servidores locales que estaban interconectados entre sí y que, a su vez, se encontraban interconectados al menos con otros treinta y dos servidores en terceros países centroeuropeos y norteafricanos.
Se procedió asimismo al registro de varios domicilios, interviniéndose en ellos el material empleado en la actividad defraudatoria: ordenadores, lectores de tarjetas (cams), descodificadores, tarjetas de plataformas televisivas, y los recibos de ingresos bancarios y listados de clientes.
EGEDA y Sogecable trabajaron de la mano en la investigación y localizaron a un internauta que pertenecía al grupo de servidores lo que motivó sus denuncias, las cuales sirvieron para que la policía tirara del hilo para desenredar la madeja de servidores y clientes relacionados con los hechos denunciados.
Este internauta era uno de los responsables mundiales del grupo «The Team Server» y estaba permanentemente en contacto con el resto de responsables del grupo, tanto en España como en el resto del mundo, a través de mensajería instantánea. Todo el grupo actuaba con gran disciplina y discreción, repartiéndose la compra de los contenidos de pago, películas y eventos deportivos principalmente. De esta forma, cada uno de ellos aportaba a la Red contenidos adquiridos “legalmente”, para posteriormente redistribuirlos a sus respectivos clientes.
Como curiosidad, hay que comentar que, una vez captados los clientes, el servidor accedía a los ordenadores de éstos por control remoto para manipular tanto el ordenador como el descodificador que se hallaba conectado al ordenador y a la señal de televisión, a fin de instalar los programas de conexión a su red pirata de señal codificada. Asimismo, los clientes de la red disponían de un foro privado en el que, entre otra información, se encontraba la programación a la que podían acceder cada mes.
Este grupo llevaba operando más de un año, y la defraudación total llevada a cabo por el mismo se podría valorar en varios millones de euros.
La investigación en el extranjero continúa a través de Europol.