La industria cinematográfica ha demostrado ser un valor seguro y gozar de excelente salud en países tan versátiles financieramente como los Estados Unidos -donde la inversión privada y la investigación sobre los gustos del mercado facilitan la producción de películas con retornos espectaculares- mientras en Europa, directores, actores y productores se ven abocados a realizar films de bajo coste o a ceñirse a una subvención, que siempre llega tarde y mal, en plena era digital de los grandes efectos especiales.
No nos engañemos. El cine de culto es la pieza más exclusiva de la industria pero no la más rentable y para que ésta -la industria- prospere, necesita de inversiones en películas taquilleras y en tendencia que generen suculentos beneficios. Y en este empeño está el equipo de Templeheart, una compañía de investigación y captación de capitales independiente creada con el objetivo de producir películas y musicales. La idea podría definirse como descabellada por innovadora, si no fuera porque es, realmente, una solución a corto plazo para la industria cinematográfica española y para nuevos inversores.
Alejandro Ballester es, además de profesor universitario, productor ejecutivo de Templeheart en España (www.invertirencine.com), una empresa que ya cuenta con un volumen considerable de asociados en el Reino Unido. Está convencido de que la fórmula de invertir en cine independiente es una alternativa rentable tanto para grandes como pequeños inversores; los cuales, además, se implican en el proceso de producción obteniendo ventajas como la mención en los créditos del film o la participación como extras, entre otras muchas más.
Pero dejemos que sea él mismo quién nos lo cuente. Lo hemos encontrado en el Sweet Pachá de Sitges, donde -en el marco de Festival Internacional de Cine de Terror– ha presentado -junto a su equipo de expertos- el proyecto a posibles inversores. Escúchen lo que Alejandro Ballester argumenta sobre la rentabilidad de lo que él considera una buena inversión en esta entrevista exclusiva que les ofrecemos en vídeo/TV, porque quizá el negocio financiero esté en otros lugares.
Gema Castellano
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