En este escenario Miguel Petersen, académico del Departamento de Obras Civiles de la Universidad Técnica Federico Santa María y especialista en mecánica de suelos, realizó un análisis del tema. “Resulta evidente que hay terrenos que soportan mejor la intensidad de un terremoto”, aseguró.
“Es muy importante el tipo de suelo donde se construye, y existen cuatro categorías. Hay un suelo sumamente duro que se compone de roca o maicillo rocoso, es decir, los típicos cerros como Recreo, Placeres y Viña del Mar Alto. En estos suelos la frecuencia de la vibración es mucho más natural, más parecida al sismo y más benigna para las edificaciones. Luego viene el de tipo 2, que es el común y corriente que encontramos en el Plan de Viña y Valparaíso, que son suelos sedimentarios, arenosos o granulares. En Viña y Valparaíso estos suelos son firmes, porque se han compactado naturalmente al llevar miles de años de terremotos”, explicó Petersen.
En cuanto a los terrenos que podrían experimentar mayores dificultades ante un terremoto, el experto USM dijo que “el suelo catalogado por la norma sísmica como tipo 3 y 4 son los más complejos para la construcción, pues son más débiles. Los tipo 3 son sedimentos más nuevos de mediana consistencia y los del tipo 4 son suelos blandos y de muy mala calidad de soporte estructural, los cuales podríamos encontrar en algunas quebradas de Valparaíso o Viña del Mar, y que obviamente exigen el uso de costosos medios de cimentación. Son capas de suelo blando donde, incluso, si se coloca un cimiento con alta carga se hunde solo. Existen dos opciones ahí: o no construir o aplicar una norma sísmica mucho más severa, que precisa del doble de fundaciones y pilotes”.
Saldos del seismo
Con respecto a las consecuencias que dejó el pasado terremoto del 27 de febrero, Petersen señaló que “como mecánico de suelo puedo decir que sí han habido algunos muros de contención que se han caído. Claramente son muros mal hechos, que están o estaban previamente agrietados, pero son sólo excepciones. En general no he visto daños mayores, y los daños que hemos podido ver son situaciones extremadamente especiales”.
Tras ser consultado por los daños que tuvieron algunos edificios en el plan de Viña del Mar, el académico de la Universidad Santa María afirmó que “el suelo del plan de la ciudad arenoso compacto es muy bien conocido en sus propiedades geotécnicas y su capacidad de soporte, pero la conocida falla geológica del Marga Marga efectivamente pasa por la Población Vergara en el Plan de la ciudad de Viña del Mar.
La existencia de la falla Marga-Marga, que se sabe que se encuentra inactiva, podría naturalmente haber modificado y/o amplificado el sismo y consecuentemente generado mayores daños que los esperados en algunos edificios del sector al exigirlos a resistir esfuerzos muy por sobre los normativos, situación que como es usual siempre es y será estudiada minuciosamente por los ingenieros estructurales. No obstante lo anterior, no es para asustarse puesto que la mayoría de las construcciones altas (edificios) resistieron de muy buena manera en esa zona, pues se cumplió con la premisa máxima de una construcción antisísmica: por ningún motivo el edificio debe colapsar”.
Claudio Lizama Espinoza
Periodista