En este caminar una de las acciones más llamativa para los medios de comunicación es aquella que han encabezado con el título de “Chile aspira a ser el nuevo Sillicon Valley”. No está mal.
La meta es atraer antes del próximo mes de octubre a 25 empresas emergentes de tecnología mediante “Start-Up Chile”, un Programa piloto que promete romper con la burocracia, ayudar con 40.000 dólares para gastos y conectar a los innovadores con talentos locales y capitalistas de riesgo.
Dicho de otro modo, la finalidad última es convertir a Chile en el polo de la innovación en Sudamérica. Entre las ventajas más destacadas que presenta el país para lograrlo se señalan la solidez de sus instituciones, el éxito de las empresas nacionales que triunfan en el extranjero, el desarrollo del mercado de las telecomunicaciones y la creciente valoración social del emprendimiento, todas reconocidas por empresarios y emprendedores que deciden implantarse entre nosotros, en su opinión impulsan y facilitan la creatividad y la transformación.
No solo está prevista la venida de TIC’s nacientes, también se están diseñando medidas en las que se incluyen enviar a 100 ingenieros chilenos a hacer pasantías a empresas de Silicon Valley, sumado al envío de otros 50 emprendedores de alto potencial a programas intensivos de capacitación en la Universidad de Stanford.
Igualmente, se facilitará la entrega de visas a egresados de las 200 mejores universidades del mundo, como una campaña que promueva a Chile como polo de innovación.
Asimismo, existe un gran interés por llevar a una empresa tecnológica chilena al Nasdaq (Bolsa de Acciones Tecnológicas de EEUU) de aquí al 2014.
En palabras del Ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine, «la idea de estos programas no es replicar la experiencia extranjera, sino que conectar el país con la cultura del emprendimiento».
El titular de Economía explicó que un objetivo importante de su cartera en está área es lograr que la sociedad chilena tolere, promueva y premie que sus ciudadanos tomen más riesgos, para lo cual se está trabajando en una estrategia de apertura al talento global.
El Programa “Start–Up Chile” ya cuenta con los dos primeros emprendedores, debieran llegar a Chile en las próximas semanas. Nicolas Meunier, ingeniero electrónico del Ecole Politecnique de Paris y MSc en ingeniería eléctrica de Stanford y el israelí Amit Aharom, ingeniero en computación de la Universidad de Tel Aviv y ex oficial de la unidad de inteligencia del ejército israelí, con un MBA también de la universidad de Stanford. Ellos, han creído en Chile y en este proyecto. Es posible que sus cercanos digan que están locos, que arriesgan mucho y les preguntarán dónde queda ese lugar. Pero sus ideas, empuje e iniciativa terminarán por demostrarles que no se equivocan al venir.
«Los emprendedores novatos tienen el problema del huevo y la gallina», dijo Aharom al explicar la necesidad de capital para poder generar un prototipo para atraer capital.
Aharom, espera poder estar el próximo año de vuelta en California para hacer crecer el negocio, pero si él y Meunier encuentran expertos podrían mantener sus operaciones de desarrollo en la relativamente barata capital chilena.
Más allá de la ayuda con los gastos básicos, Aharom dijo que el posible acceso a los mejores talentos de la región era el mayor atractivo de Start-Up Chile.
Además de la conveniente zona horaria de Chile, el profesor de Duke, Vivek Wadhwa, ve el potencial de crear un grupo de innovadores de alto impacto con tan sólo 2 millones de dólares.
«Por primera vez en la historia de Estados Unidos, personas con talentos están dejando el país para hacer de otros lugares su patria. Hasta el momento sólo ha sido un boleto de ida a Estados Unidos, ahora están encontrando más oportunidades económicas en otros países», señaló Wadhwa.
Chile, una de las economías más abiertas del mundo, no desea quedarse atrás en la revolución del conocimiento, para ello está dando pasos en esa dirección. Estar presentes en el mercado global implica necesariamente innovar, de no hacerlo te quedas fuera, no puedes competir.
La minería, la agroindustria, la acuicultura, el sector forestal están aportando innovaciones de gran trascendencia a los bienes y servicios elaborados y/o transformados en el país. En un plano institucional Chilecompra, los Fondos de Pensión, los cambios en Impuestos Internos, son todas creaciones que alejan el pensamiento de que solo somos un país que exporta recursos naturales.
Quién invierte en Chile, lo hace en un territorio que persigue estar a la vanguardia del desarrollo.
Tomás Pablo R.