Para elucubrar sobre ello -metamorfosis, regresión, evolución o extinción- se han reunido tres ‘celebrities’ de la materia en el Hotel le Méridien de Barcelona; un establecimiento empeñado en utilizar la creatividad como arma competitiva.
El emblemático hotel barcelonés situado en Las Ramblas y muy próximo al MACBA (Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona) con quien mantiene estrechos lazos de colaboración, ha implicado a tres teórico-prácticos de lo creativo -Ferrán Adrià, Jerôme Sans y Richard Florida- en la tarea de averiguar qué hacer con su concepto “Hub”; un “plan estratégico” diferencial que debería conseguir la reinterpretación de los vestíbulos de la marca hotelera como espacios sociales de interacción para gente con mucho que aportar en los mundos de la creatividad, las ideas y las artes.
Dicho así parece sencillo, pero -al igual que todos los procesos creativos- se enfrenta con el muro de la ortodoxia; y derrumbarlo, no es nada fácil. Pero a partir de este punto, la veda en la inspiración queda abierta en un debate espectacular e hiper creativo ya en su génesis moderado por Emilio álvarez -Director de la Galería àngels y Co-Director del Festival de Videoarte Loop- en el que todo se construye sobre la teoría de la “Clase Creativa” del profesor Florida, quién afirma y reconfirma el desarrollo aventajado de las urbes con alta concentración de trabajadores especializados en alta tecnología, artistas, músicos, homosexuales y lo que define como “bohemios de punta”.
Una teoría que apoyan creativos de postín como Ferrán Adría y Jerôme Sans, además de la propia idiosincrasia de una ciudad como Barcelona, mitificada por su cosmopolitismo y talante aglutinador de tendencias creativas. “Las nuevas perspectivas de la creatividad” fue el tema a desarrollar, un argumento amplio y banal que los tres gurús consiguieron sintetizar en una conversación abierta de la que, quizás, se esperaba más; y no por su falta de contenido sino por la necesidad imperiosa de nuevas ideas que consigan aportar negocio. Porque, al fin y al cabo, la creatividad, la inversión y el retorno configuran el “negocio social”; concepto que confirma la teoría de que la creatividad, e incluso el diseño, solo es rentable si es útil a la sociedad.
Muchos son ya los creativos implicados en el “negocio social” como la única fórmula para reconciliar a la creatividad con las necesidades de las personas y el tejido productivo; lo que debería desbaratar la conclusión a la que Ferrán Adriá llegaba en su alocución, afirmando que la presión económica limita el nivel de creatividad de las empresas. Efectivamente. El miedo a la pérdida del beneficio económico podría afectar a las inversiones en proyectos creativos, pero ya es obvio que ésta deducción es un error que solo la mediocridad comete.
El primer “Le Méridien Hub” celebrado en el vestíbulo del Hotel le Méridien de Barcelona fue recibido por la -tan bien definida por el profesor Richard Florida- “Clase Creativa” barcelonesa con especial interés; a pesar de estar observado muy de cerca por los directores y gestores de la cadena internacional Starwood -Le Méridien y W Hotels Worldwide- en quienes recaerá la responsabilidad de adoptar este modelo creativo en sus diferentes establecimientos. No obstante, una vez más es Barcelona la que crea el caldo de cultivo; y de nuevo, se confirma la teoría de la Clase Creativa promulgada por el eminente Richard Florida.
Gema Castellano
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