“La Pepa”, llamada así popularmente, posiblemente, por haber sido promulgada por las Cortes Generales el 19 de marzo -día de San José- es, sin embargo, la materialización del espíritu liberal que planeaba sobre las cabezas de una burguesía revolucionaria, atrapada en un tiempo de convulsión política y de ideas renovadas, y acosada por la invasión napoleónica. Cádiz se convirtió en el refugio de la democracia; en una ciudad cosmopolita, liberal e internacionalizada, donde 300 diputados instalados en el Oratorio de San felipe Neri -de los que unos sesenta eran americanos- firmaron la Carta Magna por la que la soberanía recaía en La Nación y se imponía la separación de poderes, además del sufragio universal masculino indirecto, la libertad de imprenta, la libertad de industria, el derecho de propiedad o la fundamental abolición de los señoríos, entre otras cuestiones.
El carácter integrador de La Pepa se reconoció, sobretodo, en ultramar. La transformación del Imperio Colonial español en provincias estaba entre sus objetivos. La Constitución de 1812 se juró también en América, los súbditos pasaron a ser ciudadanos y los navíos españoles e ingleses que cruzaban continuamente el Atlántico no sólo transportaban mercancías, sino también ideas, escritos, cartas, legados, cultura, pensamiento plural y tolerancia. En definitiva, la idea de crear un proyecto globlal hispánico y revolucionario que el absolutismo del Rey Fernando VII destruyó en un intento de no perder poder, pero también la enorme riqueza que llegaba de América exclusivamente para llenar sus arcas.
Porque La Constitución de Cádiz de 1812 fue abolida el 4 de mayo de 1814 por Fernando VII, un monarca retrógrado y enfermo que reinstauró el Absolutismo y ordenó la detención de los diputados liberales. El concepto centralista del Estado que imponía el monarca entró en conflicto con la igualdad de derechos de los americanos; y el criollismo -hasta entonces autonomísta- optó por el independentismo y la insurrección armada. La Pepa murió joven, al estilo de las grandes divas, y como ellas, dejó una huella que el tiempo no ha podido borrar. Su espíritu volvió a resurgir en 1820 y en 1836, pero jamás consiguió triunfar.
Doscientos años después, La Pepa sigue despertando admiración en todas esas mentes libres con ideales elevados. Y lo hace desde el lugar de honor que merece en la historia de España y reivindicando su derecho a que nunca se olvide que existió y marcó un hito para las democracias europeas. No la dejaron ser, pero existió. Y ahora viaja a bordo de un galeón del S.XVII, haciendo escala en todos los puertos españoles y divulgando su ideario. Para que a nadie se le olvide que los derechos no se reciben, sino que se ganan; a veces a cambio de vidas perdidas a manos de los que no desean compartir sus privilegios.
El Galeón Andalucía, rebautizado como “La Pepa”, se ha convertido en un Centro de Interpretación de la Constitución de Cádiz, en un Museo Flotante conmemorativo del Bicentenario de la Carta Magna de 1812 que implica, además, un merecido homenaje a los viajes trasatlánticos de los siglos XVII, XVIII y XIX y a la ciudad de Cádiz.
Construido por la Fundación Nao Victoria– dedicada a la recuperación de barcos históricos- el navío es un proyecto de investigación vinculado a la ingeniería naval, a las nuevas tecnologías, al medioambiente y a la sociología, desarrollado con los objetivos de la divulgación científica y el conocimiento en el campo de la navegación. Un proyecto imponente que muestra el arte de la navegación a vela en estado puro.
Su contramaestre, Alfonso Pérez, insiste -en esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/TV- en la extraordinaria complejidad de un Galeón construido bajo las directrices de los más vanguardistas avances tecnológicos que recrea, con una fidelidad absoluta, la vida a bordo de hace tres siglos.
Los muebles, fabricados por artesanos de Valverde del Camino, son una réplica exacta del mobiliario original de galeones similares, los diez kilómetros de cabo que componen “la jarcia” dan fe de la magnitud de su velamen y su hilera de cañones recuerdan la época dorada de la piratería. Impone y emociona; pero sobretodo -ahora- tiene la encomiable misión de homenajear a La Pepa y a una época de ideas liberales y globalización.
Gema Castellano
Galeón La Pepa (visita cultural)
Moll Bosch i Alsina, Por Vell de Barcelona
Desde el 6 de junio hasta principios de julio.
De lunes a viernes de 10:00 a 14:00 h. y de 17.00 a 20.30 h
Sábados, domingos y festivos de 11:00 a 20:30 h.
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