Ambicioso, perspicaz, inteligente y poseedor de una enorme intuición para los negocios -además del don del buen gusto- Harry Winston desmontó las extraordinarias piedras de las joyas de Arabella para volver a montarlas según unos cánones estéticos más vanguardistas, apoyándose en los exclusivos ‘engarces de platino’ manipulados por expertos artesanos, que otorgaban a las piezas una flexibilidad y tridimensionalidad sin precedentes. Fue todo un éxito. Al mismo tiempo, el joyero por excelencia inició una carrera sin tregua por hacerse con las piedras más emblemáticas y de mayor calidad del mercado; una ambición recompensada que aporta ahora a ‘la Casa‘ un valor añadido incuestionable: la propiedad de sesenta de los 300 diamantes más codiciados del mundo por su tamaño, sofisticación o capacidad de fascinar.
En 1943, Harry Winston convence a la actriz Jennifer Jones para que luzca sus joyas mientras recoge el Oscar a la mejor actriz por su participación en el film “The Song of Bernadette”, donde interpreta el papel de la pastora francesa a quien se le apareció la Virgen María en Lourdes, Bernadette Soubirous. La incursión de la actriz en la alfombra roja con las joyas Harry Winston fue el mayor acierto de marketing del avispado joyero. Desde entonces no hay edición de entrega de los Premios de la Academia donde no se luzcan los diamantes de la ‘Maison‘ Neoyorquina. Halle Berry, Gwyneth Paltrow, Glenn Close, Sharon Stone, Juliette Binoche o Sofía Vergara, han contribuido a aumentar el deseo de posesión de las joyas de Harry por parte de las mujeres de medio mundo y -mucho antes- la mismísima Marilyn hacía mención en una de sus películas al tan, ya entonces, deseado joyero.
Pero la exigencia máxima de la firma de las gemas más preciosas es la excelencia y la espectacularidad en todo que hace y su intromisión en la alta relojería -aunque relativamente reciente- ha supuesto un auténtico éxito personalizado en los “Opus de Harry Winston”; una colección iniciada en 2001, que ha creado una expectación poco habitual en la tradicional industria relojera, convirtiéndose en un referente de alta tecnología, artesanía y precisión, basado en conceptos absolutamente innovadores.
El “Opus XII”, una creación del relojero francés Emmanuel Bouchet en colaboración con el diseñador Augustin Nussbaum, se inspira en los dictados de Copérnico de que la tierra gira alrededor del sol pero también sobre su propio eje, y -sin intentar profundizar en su complicación- diremos que su esfera ofrece un espectáculo visual sorprendente cada cinco minutos.
Los diamantes, como no podría ser de otra manera, forman parte irremediablemente de las creaciones de relojes Harry Winston. La “colección The Premier” fue la que inició la saga de los relojes-joya a finales de los años ’80.
Desde sus versiones “Chronograph” en plata y oro, o la “Feathers”, en oro blanco o rosa con diamantes -cuya esfera está confeccionada con plumas colocadas una a una-, hasta sus modelos más refinados – el Premier Ladies with Brilliant-Cut y el Premier Ladies with Baguettes-Cut – la “colección The Premier” es una sucesión de bellísimas complicaciones inspiradas para hacer soñar.
“The Avenue” es, sin embargo, más folle y tan sofisticada como Manhatan, su fuente de inspiración. Su espectacular diseño rectangular hace un guiño-homenaje, también, a la puerta de la tienda de Harry Winston en la Quinta Avenida; pero es, sin duda, “Talk to Me Harry Winston” la más auténtica expresión de la elegancia moderna. El sueño en la muñeca de una mujer. Ese objeto capaz de cortar la respiración por su belleza.
La “colección Océano” -con el Océano Chronografh Sport a la cabeza- y la “Midnight collection”, cuya representación más fascinante es el Harry Winston Midnight Moon Phase in rose gold; cierran una saga de relojes-joya con vocación de crecer continuamente, ofreciendo a sus seguidores mucho más de lo que nunca exigirían sus expectativas.
Pocas veces ocurre. No es habitual, ni siquiera en plazas de la talla de Ginebra, encontrar una representación tan amplia de las colecciones Harry Winston en un solo establecimiento; y, tal y como nos confiesa Gemma Grau, copropietaria junto a Rabat de GR Barcelona, no ha sido fácil la negociación. Superados los escollos que los negocios de esta envergadura siempre plantean, la joyería-relojería GR -situada en el 538 de la Avenida Diagonal de Barcelona- se ha hecho con la distribución en exclusiva de los relojes Harry Winston; y, por primera vez en España, una selección de 30 piezas de excepción pueden verse, tocarse y admirarse en este establecimiento. Sin duda se trata de un evento excepcional altamente recomendado para los amantes de la alta relojería y, por qué no, también para los fetichistas de una firma legendaria capaz de levantar pasiones.
Gema Castellano
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