Aún así, Sanz Caballero es optimista respecto a la capacidad que tiene la economía de nuestro país para regenerarse; porque, asegura, “somos buenos en muchas cosas”. Una afirmación poco afortunada, diríamos, con la que está cayendo, si no la hiciera un experto. Pero esto es lo que tienen los entendidos, que lo son -precisamente- porque repararan en informaciones que los demás pasamos por alto; y, ante todo, saben que no hay nada nuevo bajo el sol. Al menos en lo que a convulsiones económicasse refiere, que siempre van unidas al poder, a la especulación y a la crisis.
Verán. No existe mayor perversión por parte del poder, en el terreno que nos ocupa, que la de hacernos pensar en un enemigo desconocido o en una situación terrible jamás acaecída, porque entonces nos tornamos tibios y lo que debería ser tolerancia cero respecto a la exigencia de eficacia en la gestión de los responsables, se convierte en estoicismo, apatía, catastrofismo e incluso empatía.
Juan Ignacio Sanz recurre a la historia para demostrarme que ésto ya ha pasado con anterioridad. Y ocurrió en la época del emperador Tiberio, en el 33 a.C, cuando éste tuvo que inyectar dinero de fondos propios, como medida excepcional para paliar la debacle financiera en una Roma corrupta y decadente.
También fueron responsables los bancos -entonces prestamistas usureros- y los especuladores, que colapsaron el sistema financiero, no sin antes endeudar a la población hasta llevarla a la ruina y hundir los precios.
El ambicioso sentido de la propiedad de los romanos los llevó al máximo endeudamiento y los problemas de la población no se diferenciaban en nada a los de ahora.
Hemos hablado de la situación de España en Europa con Juan Ignacio Sanz Caballeroen los jardines de ESADE, un lugar de élite en términos de docencia, donde la recesión se analiza de manera diferente, pero también se siente. Porque la salida está, según Sanz Caballero, en la formación; y los padres actuales no deben atender otro objetivo para sus hijos, que el de convertirlos en trabajadores competitivos. Se olvidó la necesidad de formación en época de bonanza y hemos creado parados endémicos incapaces de encontrar un lugar en una economía que necesita crecer.
También hemos hablado de la sorprendente determinación adoptada por Telefónica, decidida a no repartir dividendos entre sus accionistas; y de un posible cambio en la tendencia de países como Alemania o incluso el Banco Central Europeo (BCE).
No dejen de escuchar en esta interesante entrevista, que les ofrecemos en formato de vídeo/TV, al profesor Sanz Caballero; porque si alguien puede hacernos comprender, es un experto en la materia.
Gema Castellano
Pulse las Fotos para Ampliar