Irónico, casi sarcástico, analiza a cierta distancia sin perder detalle y manteniéndose en su zona de confort, todo lo que considera una posible amenaza; en este caso, nuestro set de cámaras. “Las cámaras son tan baratas que para una mierda de entrevista te ponen cuatro”, nos dice amenazante. ¿Estás seguro de que vamos a hacer una mierda de entrevista?
Javier Mariscal nos cita en Palo Alto Market, situado en el nº 30 de la calle Pellaires. Se trata de un proyecto “integrador y democrático” según Pedrín Mariscal, su director, que apuesta por los valores y los nuevos hábitos de consumo. Se ha convertido en poco tiempo en una realidad viable e inteligente que mantiene el equilibrio entre la moda, el diseño, la gastronomía y el ocio; y que, además, contribuye a descongestionar el centro de la ciudad y a revitalizar el Distrito Arroba y Poblenou, sin caer en la tentación de tornarse en un espacio para turistas.
Los hermanos Javier y Pedrín Mariscal llegaron un día a esa fábrica abandonada y aislada del centro de Barcelona y decidieron ponerla bonita, acondicionarla para el desarrollo de la creatividad y forrarla de vegetación. Artistas de diferentes disciplinas, gentes de la cultura alternativa y del comercio responsable les siguieron, y ahora la iniciativa es una oferta de ocio familiar de calidad que espera cerrar con una cifra de 200.000 visitantes el primer año.
El proyecto Palo Alto Market, dirigido por Pedrín Mariscal, es un éxito después de que Javier Mariscal tuviera que cerrar su estudio en plena crisis, según nos cuenta él mismo, “porque no entraban pedidos”.
Una vez en Palo Alto Market, montamos cámaras justo en la puerta de su nuevo lugar de trabajo. Hace una tarde muy calurosa y el grado de humedad del ambiente no ayuda a la confortabilidad, aunque la extensa vegetación nos deja sobrellevar el momento. Ya sabe que hemos llegado. Nos saluda y se retira para observarnos. Está en un punto desde el que, parece, nos espía. Se impacienta. Le explicamos que tenemos que montar las cámaras y ajustar la luz. Se impacienta. Lo sentamos y nos dice: “las cámaras son tan baratas que para una mierda de entrevista te ponen cuatro”. Lo hemos pillado. “Estamos ya grabando”, le digo. Da un respingo, ajusta su cuerpo en la silla con coquetería, endereza su cuerpo, sonríe levemente y me dice “sí, me has pillado”.
Comenzamos a hablar de la nueva política, de Jordi Pujol, de la corrupción, de la alcaldesa Ada Colau, de la ciudad de Barcelona, de los cambios que se intuyen, de Manuela Carmena, de… ”Yo pensaba que íbamos a hablar de la belleza y los pajaritos y estamos hablando todo el rato de política” me dice. Sí. Hemos cazado al cazador. Ignoro si hemos conseguido o no una buena entrevista. Al público le toca juzgar. Pero insisto; nadie dijo que fuera fácil bregar con un genio.
Gracias Javier Mariscal.
Gema Castellano @GemaCastellano