Eres la mujer que está detrás de los biopics más interesantes e innovadores siempre para Mediaset. ¿Por qué apostaste por este producto?
Dentro del género del biopic lo importante es tener un enfoque, un punto de vista. En España, como en otros sitios, hay personajes interesantes con buenas historias vitales; y lo importante es saber desde qué perspectiva contarlo. Hilar acontecimientos a través de flashbacks o con una narrativa lineal no es interesante “per se” si no contamos con un enfoque, con una propuesta argumental que vaya más allá de contar los hechos.
¿Es un producto exportable?
Si a un producto de ficción se le da el valor como producción, con un guión interesante y una concatenación de hechos in crescendo y avanzando hacia un desenlace, tienes un producto exportable sea biopic o no y nosotros hemos exportado nuestras producciones a muchos países con éxito.
¿Consideras que hay algún personaje tabú en España?
Cuando hicimos la vida del Rey Juan Carlos, fuimos más allá. Decidimos contar la relación de un padre y un hijo. Atravesamos todos los hechos históricos, su infancia alejado de su familia, el drama de la muerte de su hermano, su papel al lado del caudillo Francisco Franco, la renuncia de Don Juan al trono, la transición a la democracia… Todo ello era la historia de un padre que se sentía traicionado, y un hijo que se sintió abandonado. Son esas pequeñas cosas las que más nos unen al resto del mundo, porque ahí residen los conceptos universales. ¿Quién no va a entender la relación entre un padre y un hijo, más allá de que sea el Rey de España?
Muchas veces la realidad supera la ficción. Espionaje, política, pasión… Todo en una época confusa que todavía condiciona el presente. ¿Un paso más?
«Lo que escondían sus ojos», recién estrenada en Telecinco, es la consecuencia a la que llegamos después de interesarnos por la vida de Carmen Díaz de Rivera y conocer la historia de sus padres. Decidimos contarla desde ahí ¡porque es apasionante! El Ministro de Exteriores de Franco, la Segunda Guerra Mundial, la mujer más fascinante de la época…. Toda aquella tensión mundial y ellos, sin embargo, locos el uno por el otro. El poder, el amor, el miedo… Las emociones que mueven el mundo.
¿Qué características buscas en los personajes?
Hemos hecho biopics de personajes muy variados, desde el torero Francisco Rivera Paquirri, pasando por La Duquesa de Alba, los ya Reyes Felipe y Letizia, o el banquero Mario Conde. Es muy interesante contar hechos recientes de personas que tienen ciertas épicas en sus recorridos vitales. Conocer historias de personajes más cercanos nos acerca a sentimientos y emociones con mayor nivel de intimidad. Cuando contamos el noviazgo de los actuales Reyes fue una novedad, hasta entonces la costumbre era ver a la Casa Real en actos institucionales y sorprendió plantear su vida privada y familiar, sus obligaciones, sus renuncias. Por ejemplo La Duquesa de Alba resultó un personaje apasionante, uno de esos personajes que tienen un destino y cumplen con él pero a la vez quieren vivir todo lo que la vida pueda ofrecerles, ya que la temprana muerte de su madre forjó en ella un enorme deseo de vivir.
Llevas casi un año en Miami combinando la función de alta ejecutiva con la de prospección, analista de tendencias para futuros productos y analista de mercados. Supongo que todo este know-how te posiciona como una pieza fundamental en el sector de las series y miniseries.
Es muy estimulante salir de los lugares conocidos y enfrentarte a otros modos de hacer y consumir televisión. Aunque vivimos en un mundo globalizado e hiperconectado, no deja de ser complementario con el lujo de estar en Miami y poder conocer de primera mano el mercado latino y a sus profesionales, entender sus argumentos, vivir sus tiempos y sus modos de producir tantas horas de televisión, con la posibilidad de observar el territorio anglosajón y comparar ambos mercados, te da otra perspectiva.
¿Cómo es nuestra ficción?
Nuestra ficción está más cerca de la anglosajona que de la latina. Ya el propio consumo nos posiciona en una programación que ofrece un prime time vertical; es decir, cambia cada día de la semana. Y las cadenas hispanas, dentro del territorio estadounidense y fuera, programan todo el día en horizontal, lo mismo de lunes a jueves o a viernes, ya sean series, novelas o lo que llaman súper series. Ciento treinta, ciento sesenta capítulos… Pero ahora también hay cambios, y ya hay grandes cadenas pensando en programar de otro modo.
¿Quizás Internet está cambiando los hábitos de consumo en tv?
Es un momento muy interesante donde muchas cosas están cambiando: surgen canales en streaming para ver bajo demanda, con una gran capacidad de producción. La verdadera revolución del mundo digital está llegando a los hogares y es ahí donde se buscan soluciones a nuevos retos como el consumo de los millenials. Los espectadores cambian, los hijos crecen y consumen en inglés, todo está en constante movimiento y somos actores de ello.
¿Cuál es el estado real del sector? ¿Podemos exportar series al mercado latino y anglosajón o está el mercado colapsado?
El sector de la ficción está más vivo que nunca, se producen y consumen una gran cantidad de series. También miniseries, que nos permiten contar con grandes profesionales que acceden a comprometerse con productos cerrados de un número concreto de episodios. Son productos perfectos cuando pensamos en exportar. Nuestra producción se ve con mucho interés a nivel internacional y ha entrado ya en muchos mercados, tanto las ideas como el producto terminado.
¿Es rentable la producción propia de series y miniseries?
Cuando desde Mediaset España arrancamos en la producción de miniseries se producían muy poco, pero creímos que había una oportunidad para trabajar en relatos más cortos y más potentes, que pudieran contar una sola trama, que fueran directos a la naturaleza de la historia, modulando el número de capítulos en función de las necesidades de cada historia. Historias reales, hechos pasados, también ficción pura pero sin ser esclavo de la continuidad. El concepto se acerca al cine, unitrama, pero con las herramientas técnicas, argumentales y narrativas de la televisión. Siempre hago una defensa del medio en este sentido porque considero que tiene sus propio ritmo y su propio lenguaje. Y ese concepto por el que apostamos ha empezado a ser tendencia y ahora es una realidad por la que los mercados más importantes están apostando: americanos, ingleses, daneses… y tienen un gran éxito y mucha respuesta.
Sí. Innovación y tendencia… pero ¿es rentable?
Respecto a la rentabilidad, en el mercado español peleamos cada día por serlo, nuestros productos de ficción “viajan” muy bien y hay un gran interés del mercado internacional por consumirlos.
Dentro de algunos meses regresas a España. ¿Quizás dispuesta a revolucionar el mercado? ¿Cuáles son las nuevas tendencias? Parece que la ficción se ha convertido en un negocio competitivo para las televisiones. ¿Cuál es tu objetivo y la estrategia para conseguirlo?
Después de más de 20 años de trayectoria profesional en la televisión, tanto en ficción como en entretenimiento, creo que si a algo hay que estar dispuesto es a innovar. No sé si llamarlo revolución, pero hemos sido testigos y motores de muchos cambios. Trabajamos en un sector vivo y estamos en constante evolución. Respecto a las tendencias, destaco en formatos las mini series y las antologías, como True Detective, o Fargo. Lo que hacen es posicionar una marca y aunque el relato anterior ha terminado, permanece esa marca.
«Al salir de clase», «El Rey», «Los nuestros»… Apostar por productos nuevos es una montaña rusa por la reacción de la audiencia ¿hay que educar a la audiencia? ¿Cómo se consigue?
No creo que haya que educar a la audiencia. La madurez del espectador está fuera de toda duda: elige lo que ve, opina, valora que sea bueno y ve lo que le apetece. Visto desde EEUU, un país que ofrece una fragmentación y una multiplicidad de canales impresionante, constato que lo importante es que el público sepa que existe tu producto, el valor de las campañas promocionales y de distribución.
Si pensamos que en 2015 se hicieron un total de 417 series originales en USA y que en 2017 llegarán a 500, es primordial ser visible, porque se compite en un mercado muy amplio y las mini series nos permiten ser rápidos, con conceptos claros, identificando las tendencias. Llegar a tu público objetivo es fundamental.
Pones de ejemplo «Los Nuestros» y creo que es acertado. Realmente fue un reto llevar a cabo una historia como esta y nos produjo una gran alegría ver que cuando corremos riesgos podemos obtener una recompensa tan satisfactoria.
¿El reto es ganarle la partida a las series americanas o inglesas? ¿Y los presupuestos?
Lo cierto es que hacemos producciones para nuestro espectador, que convive con un montón de estrenos de series de fuera que consume también. El reto es que tenga cada semana la cita con tu serie, que valore la identificación con la calidad del relato, la historia cercana y los lugares comunes.
Asistimos a revoluciones en el mundo de la ficción que no solo llegan del mercado anglosajón. Países como Dinamarca, Israel o Turquía están ofreciendo ideas y producciones que en muchas ocasiones se versionan desde el mercado americano. No todo el mundo sabe que ‘The Killing’ o ‘The Bridge’ son producciones danesas. Es fantástico su nivel de producción sin ser tan caro como el americano porque han sabido construir su propia singularidad, su manera de contar, su literatura… Y no solo han exportado sus guiones e ideas, han sabido ofrecer más, un estilo, una contextualización, una atmósfera… Elementos fundamentales que también han pasado a la versión americana. En este sentido España ha avanzado mucho, se han construido relatos con su propia singularidad, pero no por eso menos exportables, sino al contrario. Tenemos muchas cosas que contar, nuestras historias, nuestra literatura y unos valores que van más allá de los presupuestos. Cada día se produce mejor y los profesionales de la ficción han madurado de modo notable, ahí es donde pondría el acento. No pretendemos competir sino encontrar nuestro lugar, apostando por nuestra forma de contar y dando valor a nuestra singularidad.
Gema Castellano @GemaCastellano