Alma Barcelona va más allá del concepto boutique-hotel y se diferencia del resto de propuestas porque ofrece la posibilidad de aprovechar las virtudes de un hotel urbano contemporáneo y de alta categoría, pero con el sabor de los viejos viajes y antiguos hoteles. Con una localización privilegiada para reencontrarse con Barcelona y disfrutar del entorno urbano desde uno de sus barrios mas característicos, Alma Barcelona es una propuesta que invita a viajar sin prisas, a integrarse en la ciudad, mezclarse con sus habitantes, apreciar sus ritmos y saborear la estancia en cada momento. Todo ello desde un lugar con “alma”.
El hotel dispone de siete plantas con 72 habitaciones y, entre otros espacios, destacan su fantástico jardín exterior, la zona de spa- con piscina climatizada, hamman y sauna- y el gimnasio abierto las 24 horas. Cuenta asimismo con una gran terraza, situada en el ático y un restaurante mediterráneo. La sensación que los visitantes experimentan es la invitación a volver, a saborear su estancia paso a paso e inmersos en la personalidad de la ciudad.
El confort de viajar sin prisas: las habitaciones
Las dimensiones de sus instalaciones son generosas y amplias, puesto que el propósito es que el huésped se sienta plenamente confortable y como en su casa. El resultado es un conjunto de servicios que permite al visitante vivir la ciudad a través de su placentera estancia en el hotel. El lugar respira un clasicismo actualizado, dando una visión global actual moderna.
Todas las habitaciones tienen más de 50 metros cuadrados y se agrupan en dos estilos distintos: las de diseño contemporáneo -que tienen vistas al jardín- y las que ofrecen clasicismo renovado -orientadas a la calle Mallorca-. Estas últimas estancias se inspiran en el típico piso del Eixample con elementos arquitectónicos como molduras, porticones y balcones forjados que evocan cierto aire francés.
El edificio es una clara muestra de cómo el uso de los materiales nobles proporcionan la más visible y cuidada higiene. Por ejemplo: las cortinas se sustituyen por paneles de madera, no hay colchas sino los propios nórdicos, no hay alfombras sino cueros.
Gastronomía a medida
El restaurante del establecimiento presenta una carta funcional para el día a día, con platos clásicos populares y cuidadas combinaciones de sabores. Una cocina para todos, con alma mediterránea. Aunque el secreto de la gastronomía de su restaurante reside en la personalización de cada bocado. El chef no sólo propone sus platos de la carta sino una oferta especial y bajo demanda para cada cliente pactada según sus gustos, preferencias o motivos. Combinaciones nunca imaginadas, sabores de la infancia, rememoración de platos que marcaron un momento especial… todo lo que se quiera, se puede crear en su cocina.
Algunos de los platos principales más destacados son: terrina de foie-gras con membrillo; rigatoni de zucca con salvia y crema de Idiazábal; bacalao confitado con espinacas y romesco, solomillo de buey y patatas primor con hierbas o las carrilleras estofadas a la antigua. De postre no deja de sorprender la degustación de quesos, la torrija de brioche con chantilly o el panettone crujiente.
Destacamos: el equipo del hotel; puede preparar desde una exclusiva velada en la terraza del ático, hasta un aperitivo en la mesa del chef dentro de la cocina, pasando por una reunión en Petit comité o una cena en el jardín. El cliente podrá decidir qué, cuándo y dónde y simplemente lo hará posible.
Gustavo Egusquiza
@GusEgusquiza
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