El doctor Galiñanes fue valiente enfrentándose a la Generalitat de Cataluña por lo que considera una pésima gestión respecto a un sistema sanitario público que, de manera premeditada, desvía sus recursos hacia la sanidad privada a pesar de que los costes se multiplican ¡hasta 6 veces!
Los recortes en la Sanidad pública catalana no tienen su origen en la crisis. De hecho responden a un plan predeterminado, reconoce el cirujano e investigador, que se inició en el momento que la gestión de la Sanidad fue transferida a la autonomía en el año 1981.
“La Sanidad privada es un negocio para unos pocos que sigue provocando muertes innecesarias”, argumenta impotente Manuel Galiñanes.
Veamos algunos datos:
Entre el año 2010 y el 2015, aunque insiste en que la estrategia de desviar dinero y recursos de la sanidad pública a la privada se lleva a cabo desde mucho antes, el sistema de salud público catalán prescindió de 1.100 camas y 2.400 profesionales, además de reducir la inversión. De 9.875 millones de euros a 8.290 millones de euros. Un recorte de más de 1.500 millones.
Nadie denuncia este presunto “amaño corrupto” en el que, según el doctor Galiñanes, políticos y profesionales prefieren no indagar. Para los profesionales podría suponer el cese fulminante y los políticos, según Galiñanes, son incapaces de enfrentarse a un sector poderoso que maneja un “negocio” muy lucrativo. “Porque la salud pública es un negocio que algunos manejan sin demasiados escrúpulos”, insiste.
Dr. Galiñanes: La sanidad privada está para ganar dinero: dar lo mínimo y ganar lo máximo
Galiñanes explica, en esta entrevista que les ofrecemos en formato de vídeo/tv, como la Generalitat de Cataluña, ya en 1981, incluye en la XHUP (Red Hospitalaria de Utilización Pública) a “centros privados sin ánimo de lucro” -fundaciones vinculadas a la iglesia y a Cajas de Ahorro- creando ya desde el mismo momento de la transferencia de las competencias de Sanidad y de la creación del Instituto Catalán de la Salud, un modelo sanitario mixto gestionado con fondos públicos.
Mientras se van desviando los fondos públicos, en 2010 se crea el SISCAT, Sistema Integral Sanitario de Utilización Pública en Cataluña, de carácter puramente público; al que, sin embargo, se le adjunta en un artículo la siguiente peculiaridad:
“Pueden formar parte de SISCAT los centros de titularidad privada cuyos servicios sean necesarios para implementar las previsiones del Plan de Salud de Cataluña y así lo soliciten”.
Evidentemente, fueron muchos los solicitantes y también la necesidad, gracias a que esta necesidad de servicios externos, se generaba por los propios e innecesarios recortes en los servicios sanitarios públicos. El flujo de dinero público hacia la sanidad privada iba en aumento. El gasto también.
Pero es en 2012 cuando el gobierno catalán riza el rizo, según el Jefe del Servicio de Cirugía Cardíaca del Hospital Vall d’Hebron, con la Consejería de Salud a cargo de Boi Ruiz, ahora consejero de Ribera Salud, empresa privada concesionaria del hospital de Alzira.
En una decisión sin precedentes Ruíz integra en el SISCAT a los hospitales con ánimo de lucro y en 2016, antes de fichar por el grupo de gestión hospitalaria privado Ribera Salud, crea el anteproyecto de ley en virtud del cual, “las instalaciones de los Centros Sanitarios Públicos pueden ser utilizados por parte de la Sanidad Privada”.
Pero hay mucho más -por si esto les parece poco- que el doctor Manuel Galiñanes pone en evidencia en esta entrevista. Nos dibuja un plan premeditado de desmantelamiento de la Sanidad Pública en Cataluña que dio inicio el mismo día que el gobierno central cedió las competencias de Sanidad a la Generalitat y que ha culminado con los mayores recortes y listas de espera de todo el territorio español.
También con muertes. Tal y como denuncia, “En Cataluña se sigue muriendo por falta de atención sanitaria”. escuchen.
Gema Castellano
@GemaCastellano