Un estudio liderado por investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y el Instituto Max Planck de Antropología Social ha identificado las fronteras que delimitaban la sociedad de El Argar, considerada el primer estado de la península ibérica, respecto a sus vecinos del Bronce de la Mancha y del Bronce Valenciano. A través del análisis de la producción y circulación de cerámica, los científicos han reconstruido las dinámicas de interacción entre estas comunidades, evidenciando la existencia de fronteras socioeconómicas y políticas hace unos 4.000 años.
Los resultados de la investigación, publicada en el Journal of Archaeological Method and Theory, ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo se consolidaron los primeros estados en la prehistoria, al demostrar que la imposición de límites territoriales sirvió para estructurar relaciones desiguales entre sociedades.
Un sistema de centro y periferia basado en el control de recursos
El estudio se centró en el análisis de la cerámica en el norte de la provincia de Murcia, una región que actuaba como frontera entre El Argar y sus vecinos del Bronce Valenciano y del Bronce de la Mancha. Los investigadores observaron diferencias significativas en las técnicas y materiales empleados en la fabricación de cerámica entre el núcleo argárico y las zonas periféricas.

Cerámica de las comunidades periféricas de El Argar, procedente del Cerro de la Campana (Yecla). (@ASOME-UAB)
En los asentamientos del sur del área de estudio predominaban las cerámicas argáricas, fabricadas con arcillas extraídas de las sierras litorales de Murcia y Almería, a más de 100 kilómetros de distancia. Este hallazgo indica la existencia de una red de distribución controlada por El Argar, que aseguraba el flujo de bienes manufacturados a gran escala.
En contraste, en la zona norte de la frontera se identificó una producción local y descentralizada, con una multiplicidad de pequeñas alfarerías que utilizaban arcillas extraídas en las inmediaciones. Estas diferencias reflejan sistemas económicos distintos: mientras que El Argar gestionaba una economía centralizada con producción especializada y distribución a gran escala, sus vecinos mantenían una producción doméstica y de pequeña escala.
Según los investigadores, esta asimetría económica contribuyó a la consolidación de un sistema de dominación, en el que El Argar no solo controlaba recursos estratégicos como los metales, sino también bienes de uso cotidiano como la cerámica. «La imposición de fronteras sirvió, en última instancia, para fijar estas relaciones desiguales, convirtiéndolas en un verdadero sistema de centro y periferia», explica Adrià Moreno Gil, investigador del Instituto Max Planck y primer autor del estudio.
Las primeras estructuras de estado en la Europa occidental prehistórica
La identificación de estas dinámicas fronterizas refuerza la hipótesis de que El Argar desarrolló las primeras estructuras de estado en Europa occidental alrededor del año 1800 a. C. Se sabía que esta sociedad expansionista llegó a controlar una amplia región del sureste peninsular, pasando de un territorio inicial de unos 5.000 km² a aproximadamente 35.000 km². Sin embargo, hasta ahora no se había investigado en profundidad cómo se definían y gestionaban sus fronteras con otras comunidades.

Área central de El Argar (morado) y máxima expansión hacia 1750 a.n.e. (rojo), valle medio y alto del Segura, y principales asentamientos argáricos. ©UAB
«Cualquier esfuerzo por comprender la consolidación de los primeros estados en la prehistoria reciente debe tener en cuenta cómo se crearon y mantuvieron las fronteras políticas», señala Roberto Risch, profesor del Departamento de Prehistoria de la UAB y coordinador del estudio. «Nuestro trabajo demuestra que la arqueología puede ofrecer respuestas sobre estas dinámicas, algo que hasta ahora había recibido poca atención».
Innovadora metodología para el estudio de las fronteras prehistóricas
El equipo de investigación ha aplicado una metodología pionera basada en la prospección arqueológica, el análisis petrográfico de materiales cerámicos y el uso de modelos espaciales con sistemas de información geográfica (GIS). Esta combinación ha permitido trazar con gran detalle las áreas de producción y circulación de la cerámica argárica y sus vecinas.
«El análisis de la cerámica se revela como una herramienta clave para entender los intercambios económicos, las relaciones sociales y la configuración de espacios fronterizos en contextos de dinámicas desiguales», destaca Carla Garrido García, investigadora predoctoral de la UAB y coautora del estudio.
Los investigadores sugieren que esta metodología puede aplicarse a otras culturas contemporáneas de El Argar, como la cultura de Únětice en Europa central o la civilización minoica en Creta, para analizar sus dinámicas fronterizas y comprender mejor cómo se estructuraban sus sistemas políticos y económicos.
El estudio ha sido financiado por el Instituto Max Planck de Antropología Social (Alemania), la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) de la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades de España.
Referencia del artículo:
Moreno Gil, A., Garrido García, C., Bonora Soriano, B., Gómez‑Gras, D., & Risch, R. (2025). Bronze Age Frontiers and Pottery Circulation: Political and Economic Relations at the Northern Fringes of El Argar, Southeast Iberia, ca. 2200–1550 BCE. Journal of Archaeological Method and Theory. https://doi.org/10.1007/s10816-025-09702-y
Artículo redactado con asistencia de IA (Ref. APA: OpenAI. (2025). ChatGPT (versión 4). OpenAI).