Desde entonces he entrevistado en varias ocasiones a Arison, pero aquella reunión con álvaro Uribe que llegó a mi conocimiento por fuentes que jamás le he revelado, me dio una de las claves más interesantes sobre la estrategia de expansión de un grupo como Carnival Corporation.
Si no existe la seguridad para sus clientes y la colaboración con las autoridades locales para la inversión privada en infraestructuras necesarias, no hay negocio. Carnival acaba de inaugurar su segunda terminal en el Puerto de Barcelona; huelga incidir en el importante detalle de que sus relaciones con la ciudad son perfectas y que la situación política de Cataluña no está haciendo mella en el sector de los cruceros.
El porcentaje del sector portuario sobre el total del valor añadido bruto de España es de un 3% y genera 300.000 puestos de trabajo. El 53% del comercio de España con los países de la UE y el 93% de los intercambios comerciales con el resto del mundo se realizan por barco y somos el segundo país en volumen de negocio con 9,3 millones de cruceristas en 2017. El 30% del tráfico de pasajeros lo soporta Barcelona.
Los 12.500 metros cuadrados de Helix Cruise Center, así se llama la segunda terminal -la primera, Palacruceros, fue inaugurada en 2007– han requerido de una inversión de más de 46 millones de euros y ha sido diseñada por Batlle i Roig Arquitectura.
Arnold Donald, CEO de Carnival Corporation ha remarcado que la que se ha realizado en Barcelona tras 25 años de relación es la mayor inversión que Carnival ha realizado en un puerto europeo y la enfatizado los datos: la compañía que moviliza entre todas sus marcas a 12 millones de personas en 105 naves por 700 puertos de todo el mundo.
Ocho marcas de Carnival Corporation – AIDA Cruises, Carnival Cruise Line, Costa Cruises, Cunard, Holland America Line, Princess Cruises, Seabourn y P&O Cruises (Reino Unido)– visitan Barcelona a lo largo del año y para 2018 espera recibir más de 1 millón de pasajeros con 289 escalas en 38 barcos diferentes.
A pesar de ser sábado ningún político implicado en el sector ha perdido la ocasión de implantar su mensaje ante un peso pesado de la inversión representado por Arnold Donald. Mientras Sixte Cambra, director del Puerto de Barcelona, lanzaba sus consignas de futuro basadas en la fidelización de los cuatro operadores de cruceros, la sostenibilidad ambiental y el alargamiento de la temporada, Julio Gómez Pomar, Secretario de Estado para Infraestructuras y Vivienda del Ministerio de Fomento anunciaba una inversión público-privada en el puerto de Barcelona de 77,1 millones de euros.
Ricart Font, secretario de Infraestructuras y Movilidad de la Generalitat, ponía en valor Cataluña como modelo de éxito de todas las inversiones extranjeras y recordaba, a sabiendas del momento crítico que vive la región, que tanto el puerto como el aeropuerto han llevado a cabo un interesante cambio de escala. “Las inversiones en Cataluña son rentables”, insistía Font y ponía además el ejemplo de Renfe, que también implantará su modelo de innovación en Cataluña.
Aunque todos esperaban la asistencia de la alcaldesa Ada Colau, la premier del consistorio barcelonés ha delegado en Agustí Colom, concejal de Turismo, Comercio y Mercados del Ayuntamiento de Barcelona. A saber que la relación de la alcaldesa con los operadores del sector se ha mantenido tensa desde el principio de su mandato; una tensión que culminó a principios de 2018 con lo que ella misma calificó como “acuerdo histórico” con el puerto de «reducción de Terminales» y recuperación de “espacio puerto y litoral” para las personas.
La Unión europea invertirá 3,5 millones de euros en obras para el acercamiento a la nueva terminal y otros 6 millones de euros para potenciar el proyecto europeo de Energía Limpia. El de Barcelona es el primer puerto europeo con instalaciones de gas natural licuado y el objetivo es que paulatinamente todas las naves se adapten a la utilización de este combustible.
Colom ha insistido en la necesidad de abordar un turismo responsable para una ciudad que se ha posicionado ya a nivel mundial como líder en destinos de cruceros. Reconociendo la trascendencia económica del sector, ha recordado que los cruceristas generan una gran presión en la ciudad por la concentración de visitantes en poco espacio de tiempo y un impacto medioambiental considerable; aunque parece que las estrategias del ayuntamiento y el puerto van por la vía de la cohesión, no sin dificultades.
Gema Castellano
@GemaCastellano