Lo anterior puede tomar distintas formas según un estudio elaborado por la Dirección General de Relaciones Internacionales, DIRECON, financiado del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, que identifica bajo el nombre de “Encadenamientos Productivos”, el cual responde al objetivo de obtener un uso adecuado de los diez y siete (17) Tratados de Libre Comercio, TLC, que involucran a casi sesenta (60) naciones a través de las oportunidades comerciales que estos generan.
Chile cuenta hoy con una gran ocasión, exportar a mercados esparcidos por el globo con un potencial de 3.800 millones de clientes, empleando los TLC los que apuntan a disminuir las barreras al comercio.
“Con ese proyecto buscamos la forma de sacar el máximo de provecho a la red de Acuerdos Comerciales que ha implementado Chile durante los últimos veinte años y dar la opción a los países vecinos de formar alianzas que les permitan utilizar las herramientas y las preferencias comerciales que hemos consolidado con las principales potencias del mundo”, señaló el Director General de la DIRECON, Carlos Furche.
Las preferencias arancelarias obtenidas vía estos acuerdos comerciales dan a Chile una gran ventaja frente a la competencia. El Director General de la DIRECON resaltó que “en la actualidad las exportaciones chilenas tienen un acceso preferencial a un mercado correspondientes al 85% del PIB mundial, representando cerca del 90% del destino de nuestras exportaciones.”
Entre los resultados que más sobresalen en el empleo de los TLC es que han contribuido a multiplicar varias veces nuestras exportaciones, especialmente aquellas más tradicionales, mineras, forestales o de la pesca, efectuadas por grandes empresas.
El Gerente de Comercio Exterior de la Sociedad de Fomento Fabril, SOFOFA, asociación empresarial, Hugo Baierlein, destacó que “gracias a los acuerdos comerciales que ha firmado Chile, hay un gran mercado que abarcar pero pocos productos y cantidad que ofrecer, por lo que el sistema de alianzas con otras naciones permitirá ampliar el abanico de ofertas y aumentar las dimensiones de productos para exportar”.
El desafío actual para nuestro país es que las pequeñas y medianas empresas, conocidas como Pymes, se integren en mayor medida al fenómeno de internacionalización con nuevas ofertas de productos que diversifiquen nuestra capacidad exportadora, aprovechando ahora las ventajas que proporcionan los acuerdos comerciales.
Este trabajo identifica dos clases de encadenamientos productivos, uno que se dio desde 1992 a la fecha, en que el empresariado descubrió que tiene materias primas con cero arancel aduanero en 57 países y que puede traerlas, transformarlas y exportarlas y ha sido muy exitoso. La nueva faceta es buscar alianzas estratégicas y ahí se están consolidando proyectos importantes.
Esta nueva técnica de la política comercial chilena trata de lograr un encadenamiento de bienes con terceros países, donde empresarios de países vecinos se integren junto a Chile en un proceso de complementación productiva, para exportar a los mercados de destino en los cuales Chile goza de acceso preferente cumpliendo con la norma de origen fijadas en los distintos pactos.
La regla de origen depende de cómo esté estipulado en el TLC, pero para calificar un producto como originario puede hacerse de dos formas: que el bien final esté clasificado en un código diferente al de sus materiales y que el valor del bien final cumpla con un porcentaje de valor agregado de entre 40 y 50% dependiendo del acuerdo, incluyendo utilidades y mano de obra.
Entre los casos detectados por este Informe de DIRECON está el de fabricar cajas de plásticos para exportarlas a Corea trayendo insumos desde Argentina, realizando su transformación en el país. El bien final accedería con cero arancel en lugar de pagar el 8% si proviniera de un tercer estado.
La empresa Ritrama, invirtió US$ 30 millones de dólares en maquinaria y equipos para la instalación de una planta fabricante de autoadhesivos y cintas autoadhesivas, su objetivo es enviarlas a México, Brasil y Argentina.
RHI Chile S.A., firma chilena compró una licencia austriaca para fabricar manipuladores industriales robóticos que limpian hornos en la minería del cobre. Antes, cada brazo robótico costaba US$ 800 mil exportarlo desde Austria a Brasil, y ahora dos brazos tienen un valor de US$ 400 mil. Contrataron a cinco maestranzas en San Bernardo y trajeron acero de Brasil.
FMA Industrial (Chile) S.A., la compañía tiene camiones manipuladores de cables que se exportan desde Chile a Colombia, aprovechando la ventaja de cero arancel aduanero. El camión se fabrica en Brasil, y toda la obra de la parte de atrás se hace en Chile, cumpliendo con la norma de origen que, en este caso, es el valor de contenido regional.
Komatsu y Coca-Cola, la sociedad Komatsu de Japón se instaló en Chile, y está fabricando maquinarias pequeñas que tienen un brazo para levantar tierra para la construcción y exportarlos posteriormente a Brasil en el marco de los TLC. Coca-Cola también aprovecha las ventajas de los TLC. Antes exportaba desde México a Perú una bebida energizante que ahora, por decisión de Atlanta, produce en Chile para exportarla a Perú.
El Encadenamiento Productivo, debe considerarse como una tercera fase dentro de la estrategia comercial chilena: la primera fue la apertura unilateral y bilateral a principios de los años 90, una segunda fue el proceso de inversiones chilenas en el exterior, llegando a tener más de 45 mil millones de dólares de capitales chilenos invertidos en el extranjero y esta última corresponde a consolidar a Chile como Plataforma de producción de bienes y servicios a terceros mercados.