En un segundo plano y muy interesado en la obra del pintor catalán pudimos ver a Narcis Serra, ex Ministro de Defensa de la época socialista y actual Presidente de la Fundación CIDOB, dedicada a la investigación, docencia, documentación y divulgación de todas las actividades afectadas a las relaciones internacionales y el desarrollo.
Esta retrospectiva de Tàpies, que permanecerá en el MACBA hasta el 9 de mayo y posteriormente realizará una gira por diversos museos tanto nacionales como internacionales, es la mas completa realizada hasta el momento e incluye obras que hasta ahora eran poco conocidas por el público al pertenecer a coleccionistas privados. Según Manuel J. Borja-Villel, comisario de la exposición y antiguo director de la Fundación Tàpies la muestra, además de ser la mas completa realizada hasta el momento, propone una exploración de la naturaleza material de la obra del artista como principio fundamental para entender su influencia y su posición en la historia del arte contemporáneo.
El tratamiento especial que Tàpies dio a los materiales y su constante búsqueda de la propia materialidad de la obra de arte, perfectamente expresado en sus pinturas matéricas, podría identificarse, si fuera necesario elegir una, como la aportación del pintor a la estética del S.XX. Estas pinturas se caracterizan por grandes superficies de texturas densas y pintadas en una limitada gama de colores, en la que predominan los ocres, marrones, y grises, que presentan una apariencia de muro.
Por otra parte, su conexión con lo sagrado; lo místico, queda patente en una serie de signos, de imágenes, que aparecen repetidos a lo largo de sus obras y que forman parte de su universo interior. La vida, la muerte o la sexualidad se expresan a través de figuras geométricas como el círculo, el óvalo, el cuadrado o el triángulo, que se incorpora en los años ´60; y el símbolo de la cruz se convierte en una constante a lo largo de su carrera. Los cuerpos humanos desdibujados subrayando la sexualidad, las huellas sobre arena o los brazos, son también elementos insistentes y repetitivos en la obra de Tàpies. A partir de 1962 la cotidianeidad entra a formar parte de la obra de Tàpies a través de elementos como las cuerdas, los platos o la paja, – una época muy bien representada en la muestra -.
El pintor, que ya alcanza la edad de 80 años, mantiene todavía una actividad incansable producto de su permanente insatisfacción y sobretodo de su insistencia en poder realizar el cuadro perfecto, de conseguir esa «pincelada única» de la que lleva años hablando. No obstante, la evolución del artista desde los años ´40 hasta nuestros días dista mucho de ser brusca. Los elementos utilizados a través de su historia artística se han ido adaptando a cada época manteniendo siempre la misma influencia de los surrealistas Miró y Max Ernst o el primitivismo del arte infantil y de los enfermos mentales.
Acusado por algunos, a los que él ha calificado en ciertas ocasiones de envidiosos, de tener contacto directo con el anterior gobierno de Pujol, la preinauguración de su retrospectiva ha demostrado que el arte no tiene color político, al menos en este caso. Curiosamente ha sido bajo el mandato socialista catalán cuando se ha conseguido reunir la representación mas importante de la obra del artista, cuya primera itinerancia se realizará al Museo de Arte Contemporáneo español Patio Herreriano de Valladolid, de junio a septiembre de 2004; y a la Fundación ICO de Madrid, de octubre de2004 a enero de 2005.
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