Su vida es como la de cualquier madre que trabaja fuera de casa y atiende el hogar, pero su criterio y sus ideas hablan de una identidad que ha debido forjarse en la lucha por sus derechos humanos, en un país de predominio mestizo y tendencia discriminatoria, como es el Ecuador.
– ¿Por qué se interesa en la situación de las mujeres?
En 1984 cuando comencé a participar en el Frente Amplio de Mujeres del Azuay, se veía en las mismas haciendas que el salario de la mujer indígena era menor; nosotras no podíamos subir al carro, porque los mismos controladores nos metían mano, y eso me daba rebeldía. Los abusos eran contra hombres y mujeres, pero más a nosotras por indígenas, pobres y mujeres. Por eso luchamos, para que las mujeres abramos los ojos y ahora algo a cambiado.
– ¿Qué es para usted los derechos humanos y qué derechos tiene como mujer indígena?
Es tener los derechos colectivos para el bienestar y el sustento de la familia y la sociedad: educaci¢n, salud, las mejores condiciones humanas de vida. Como mujeres ind¡genas tenemos derecho a la vida y el derecho a organizarnos.
– +Y el problema de la violencia dom’stica contra las mujeres?
Antiguamente no hab¡a violencia contra las mujeres entre los ind¡genas: por eso nuestras concepciones como la dualidad, la complementariedad, la reciprocidad. Ahora la violencia a aparecido por el sistema mismo: nuestros esposos salen a buscar trabajo, son humillados, explotados, discriminados, yo se emborrachan y regresan a la casa sin dinero y se agarran con la mujer y sus hijos. Esa violencia viene desde arr8b y se reproduce en la familia.
– ¨C¢mo afrontan la violencia del marido?
Para las mujeres blanco – mestizas hay ahora las comisarias de la Mujer, pero no es la soluci¢n para las ind¡genas porque si un hombre pega a su esposa, ella le puede denunciar y le ponen preso, pero ella misma le hace sacar pronto. Adem s en nuestras comunidades no es bien visto el divorcio y por eso la mujer regresa con el marido despu’s de que se separen. Por otro lado tenemos nuestras propias leyes y en asambleas comunales se juzga el maltrato del marido a la esposa.
Tenemos tambi’n el Consejo de Mayores, son los consejeros que median y aconsejan, y el que tiene m s culpa aguanta m s habladas. Eso da resultado, y a veces los mayores castigan con un chicote (l tigo).
– ¨Qu’ derechos exigen las mujeres ind¡genas?
Las mujeres siempre hemos sido protagonistas en defender la tierra, la identidad cultural y muchas veces no nos hemos valorado. Hemos estado siempre adelante y hemos sido brazo derecho de compa_eros y organizaciones. A pesar de eso, como que nos falta m s y por eso pedimos participaci¢n igualitaria, que en las directivas provinciales, cantonales, comunales de ECUARUNARI haya la mitad de mujeres. Ultimamente hemos estado al frente del proceso electoral haciendo campa_a, pero en las listas hemos estado de relleno.