Un año después de aquella aventura, el artista vallisoletano, sobrino del prestigioso etnógrafo Joaquín Díaz, renueva su fe zanfonista con tres proyectos discográficos distintos.
Las tres iniciativas presentan orientaciones dispares dentro de la escena de las músicas creativas. «En general, trabajo con composiciones propias basadas en lo tradicional, aunque lo que más me llama la atención es el jazz centroeuropeo o la música del corte de Michel Godard o Valentín Clastrier. Es lo que yo denomino el formato más juvenil de la tradicional«, anota.
En compañía de otro maestro de zanfonistas, el francés Pascal Lefeuvre, Germán acaba de terminar la grabación de Dúo de fuego, disco que inaugura el sello OpenFolk, promovido por su tío. El dúo realiza un viaje con la zanfona por todo el mundo: estudia e interpreta músicas que pertenecen al patrimonio milenario, a las tradiciones populares y sabias, pero desde la mirada del jazz. Según ellos mismos comentan, su expresión musical lleva consigo «enlaces, profundidad, potencia, libertad, placer, ritmo, danza y trance».
Rao Trío
El joven músico, que también ha tomado parte en el último lanzamiento del contrabajista Baldo Martínez (Zona acústica I, junto al guitarrista Antonio Bravo y David Herrington a la trompeta), se ha decidido por la autoedición discográfica. Aunque aún no ha decidido el nombre que dará a su sello, ya ha grabado el material del debú. Será un trabajo firmado bajo el nombre de Rao Trío, una formación que integra junto a Diego Martín (batería) y César Díez (bajista), en la que se combinan las composiciones tradicionales castellanas y las propias, algunas de ellas extraídas de El suéter de Claudia. «Mi intencion es que salga cuanto antes. Será el primero de una larga serie que ya tengo pensada para la nueva compañía«.
Sus tres últimas aventuras discográficas han sido registradas en estudio, pero en riguroso directo. «El directo hace que un disco esté más vivo. No es tan perfecto, pero demuestra lo que el grupo puede hacer en una actuación. Se nota para bien y para mal«.
Ocho años con la zanfona
Germán Díaz toca la zanfona desde hace ocho años, cuando entró en contacto con la Asociación Ibérica de la Zanfona. Según reconoce, este instrumento -nacido en Centroeuropa en el siglo IX, desplazado por el órgano en el XIII e incorporado a la corte diesciochesca? presenta muchos inconvenientes. «Requiere bastantes ajustes; si lo descuidas, puede ser muy díscolo«. Eso sí, también aporta mucho a su intérprete, le deja transmitir el sentimiento de forma especial. «Ésa es su magia».
Se felicita de que, desde los años 80, la zanfona haya experimentado un proceso de renovación, sobre todo en Francia. «A partir de entonces se ha empezado a descubrir, se ha comprobado que puede hacer melodía, ritmo y que posee numerosos recursos«. Y concluye: «hay numerosos compositores contemporáneos deseosos de utilizarla«.