Garmendia, de 73 años, falleció el domingo en Caracas de cáncer de garganta y después de una lucha contra la diabetes que lo había debilitado. En 1989 fue honrado con el Premio Juan Rulfo de Radio Francia Internacional y ese mismo año recibió el Premio Nacional de Literatura en Venezuela.
El fallecimiento de Garmendia estremeció el mundo cultural de este país, y sigue a la muerte el 26 de febrero de Arturo Uslar Pietri, el más reconocido de los escritores venezolanos del siglo XX. Después de Uslar Pietri también murieron los escritores Juan Liscano, Caupolicán Ovalles, Pedro Beroes, Antonia Palacios y Jesús Rosas Marcano.
La crítica considera que este escritor abrió aguas en la literatura venezolana en 1959, con la publicación de «Los pequeños seres», en que la ciudad y sus personajes pasan al primer plano. Desde entonces fue una referencia creativa, notorio por su polémica actitud intelectual.
«Con ‘Los pequeños seres’ inauguró una nueva novelística en el país. El lector siempre podrá encontrar en sus relatos la Caracas moderna, devoradora e infernal. Fue un escritor-poeta», en su obra, «la palabra, la trama y la poes¡a eran lo mismo», coment¢ este lunes la escritora Elisa Lerner.
Adem s de su obra narrativa, Garmendia escribi¢ guiones para radio, televisi¢n y cine, y durante a_os fue articulista en diarios del pa¡s. A_os atr s relat¢ su forma de trabajar: «Cuando tengo una idea, a cualquier hora, me siento y escribo y escribo, pegado a la silla hasta que no puedo m s».
«Sol¡a escribir ocho horas diarias, sin parar. Sus oltimos d¡as no fueron as¡. Esta cosa (su enfermedad) lo ten¡a deprimido, lo ten¡a bastante mal», coment¢ el tambi’n escritor Enrique Hern ndez D’Jesos.
Garmendia public¢ «El Parque», su primer cuento, en 1946. Se destacaron, entre sus obras, «Los habitantes» (1961), «D¡a de cenizas» (1967), «La mala vida» (1969), «El inquieto anacobero» (1973), «Memorias de Altagracia» (1974) y «El onico lugar posible» (1979).
Sus oltimos libros fueron «La casa del tiempo» (1986), «Hace mal tiempo afuera» (1987) y «El capit n Kid» (1988). Escribi¢ los guiones cinematogr ficos de «La gata borracha» (1973), «Fiebre» (1975) y «Juan Topocho» (1977).
Sus obras fueron traducidas a otros idiomas, y la cr¡tica lo ubica entre los escritores m s emblem ticos y populares de la segunda mitad del siglo XX en Venezuela. Fue uno de los pocos venezolanos en obtener reconocimiento literario fuera del pa¡s. El premio Juan Rulfo lo obtuvo por el cuento «Tan desnuda como una piedra».
El cr¡tico Rub’n Wisotzki coment¢ este lunes en el diario El Nacional que, no obstante las p’rdidas de los oltimos meses, con la de Garmendia «hay muchas otras muertes».
«Con ella tambi’n muere la vecina, el chofer, el jefe, la amante, el donante, el ladr¢n, el pecador, el polic¡a, el banquero, la miss, el plomero, el futbolista, el borracho, la ****, el p rroco y hasta la madre», escribi¢ Wisotzki.
«Eramos en ‘l, con ‘l, por ‘l y gracias a ‘l, los protagonistas de maravillosos cuentos», concluy¢ el cr¡tico.
Garmendia asever¢ hace algon tiempo que «uno escribe porque necesita responder a un impulso de escribir, porque cree que est obligado a expresar determinada realidad, a indagar en la memoria»
«La actividad continua de un escritor es la escritura, y por eso encuentro injustificable la actitud del escritor que abandona su trabajo (…). El escritor es un ser aburrido, no hace una actividad que se vea inmediatamente. El escritor es un ser insociable, que busca el silencio y la soledad para hacer su trabajo», dijo.
De acuerdo con el novelista Ednodio Quintero, Garmendia «fue una presencia importante» entre los creadores del pa¡s a partir de 1960. «Era un narrador nato. Su obra evolucion¢ de una escritura hiperrealista urbana –eso que los norteamericanos llaman
‘realismo sucio’– a una narrativa l¡rica, corta y preciosa en los oltimos d¡as. Fue un escritor a tiempo completo y de mucho oficio», precis¢ Quintero.
Garmendia se considera, igualmente, un renovador de las telenovelas en Venezuela. A mediados de la d’cada del 70 cre¢ «La hija de Juana Crespo», en la cual instaur¢ innovaciones en materia de di logos y situaciones, con una gran aceptaci¢n en el poblico.Su condici¢n de intelectual inquieto y disconforme lo llev¢ a formar parte de dos grupos que encarnaron la renovaci¢n literaria en Venezuela: Sardio (1958) y El Techo de la Ballena (1964).
MUERE GARMENDIA, PRECURSOR DE LA LITERATURA URBANA VENEZOLANA
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