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Según el anuncio de la gobernación con relación a la reactivación de la planta, «habrá una primera etapa de consumo interno que servirá para la puesta a punto de todo el establecimiento» incorporándose 50 trabajadores.
En la segunda fase, esa cifra se ampliará a unos 300 operarios cuando vuelva a instrumentarse la exportación de productos cárnicos a Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea, y a otros mercados que piensa abrir la conducción del frigorífico.
Ojalá que la puesta en marcha de la planta santafesina sea el inicio de un despegue para uno de los sectores que sufre la recesión que tanto afecta a la economía doméstica.
Si bien es cierto que una golondrina no hace verano, bien vale la pena ilusionarse.
