La administración del radical Fernando de la Rúa firmó, en la semana que ha concluido, un nuevo pacto fiscal con 19 de los 24 distritos provinciales por el cual se les hace una quita del 13% en el monto de 1364 millones de pesos o dólares que mensualmente les gira a las provincias en concepto de la ley de coparticipación federal de impuestos.
El hueso duro de roer, las provincias gobernadas por la oposición peronista û14 en total- parece haber sido salvado, cuando el jueves estamparon su firma los Mandatarios de las llamadas «provincias grandes» lideradas por hombres del peronismo. Con la rúbrica de Carlos Federico Ruckauf, de la provincia de Buenos Aires; José Manuel de la Sota, de la mediterránea Córdoba; Carlos Reutemann, que pilotea Santa Fe y Rubén Marín, que conduce la de La Pampa, sólo queda que el más duro de los gobernadores de la oposición, Néstor Kirchner, que rige los destinos de la patagónica Santa Cruz, coloque su firma en el nuevo acuerdo. Con lo cual, arrastraría a los otros 4 remisos gobernadores a que lo imiten.
Cuando eso ocurra, el Ejecutivo podr exhibir ante los organismos de cr’dito el documento que precisa para que les desembolsen los 1260 millones de d¢lares comprometidos, a comienzos de este de a_o, en el «blindaje» financiero de casi 40000 millones de d¢lares. Salvataje que fue presentado con bombos y platillos como la llave que abrir¡a la puerta para la reactivaci¢n de la recesiva econom¡a argentina. Llave que, de momento, no logr¢ encontrar la combinaci¢n. Huelga resaltar que ese desembolso pasar sobre las tierras argentinas como una r faga, yendo a parar al exterior para cancelar intereses de la fraudulenta deuda externa.
Con el nuevo pacto fiscal alumbrado el Gobierno podr respirar. Empero, tendr que poner todo su empe_o en disminuir el d’ficit de los dos oltimos meses de 2001, si es que aspira a cumplir con el compromiso asumido con el FMI en cuanto a que el rojo fiscal no superar¡a los 6500 millones de d¢lares. Adem s deber honrar su palabra, cuando a finales de julio, cuando puso sobre la mesa su nuevo amor: el «d’ficit cero».
As¡ las cosas, si se completa la firma del nuevo acuerdo, el nuevo desaf¡o que enfrenta la coalici¢n de radicales y frepasistas se centra en hacer cre¡ble el canje de casi 60000 millones de d¢lares en t¡tulos de la deuda externa. Por esa mudanza, que ser¡a lanzada el lunes pr¢ximo, el Gobierno rescatar bonos que devengan, hoy d¡a, una tasa cercana al 20% por unos nuevos, cuya tasa no superar el 7%.
No obstante el benepl cito del Tesoro de los Estados Unidos, la oltima palabra la tendr n los bancos europeos, tenedores del mayor paquete de los t¡tulos. Y ah¡ est el nudo del problema, porque los funcionarios deber n convencer a los ejecutivos de las instituciones del Viejo Continente de que el trueque les ser beneficioso, permiti’ndole al Estado argentino ahorrarse -en 2002- unos 4000 millones en el pago de los intereses de la deuda.
Todos estas cuestiones de la macroeconom¡a le preocupan muy poco a los empobrecidos habitantes de la Naci¢n sudamericana, ya que dudan de los anuncios de los funcionarios gubernamentales que les prometen un porvenir venturoso.
«Lo mismo nos dijeron cuando lo del ‘blindaje’. Y m s tarde nos vendieron (en junio pasado) el mega canje (de unos 30000 millones de d¢lares en t¡tulos de la deuda) como otro espejito», le graficaba -en la tarde de ayer- a este corresponsal un vendedor de peri¢dicos.
«Si tantas veces nos mintieron, porque debemos creerles ahora», a_ad¡a mientras cerraba su quiosco ubicado en la c’ntrica y porte_a peatonal Florida.