A buen seguro, el ministro Pimentel presumirá públicamente de haber podido cumplir con la obligación de los Gobiernos comunitarios de entregar sus respectivos planes de empleo en Bruselas antes del 31 de mayo. Pimentel lo hace hoy martes, 25 de mayo; es decir, con seis días de anticipación sobre la fecha de finalización del plazo fijado.
Pero sobre lo que el ministro español de Trabajo y Asuntos Sociales pasará sin duda de puntillas es sobre el «detalle» de que el Plan de Empleo 1999 para España no cuenta con el apoyo ni de los sindicatos, ni de los empresarios, ni de la oposición parlamentaria española.
La Comisión Europea tendrá que evaluar el Plan de Empleo español y los de los demás países comunitarios, para coordinar los esfuerzos en la lucha contra el paro en la Unión Europea. El Plan Nacional de Empleo 1999 para España fue aprobado el pasado viernes en Consejo de Ministros y destinará un billón y medio de pesetas a la puesta en marcha de 1,5 millones de proyectos de formación y empleo, de los que se beneficiarán 1.100.000 parados.