Como ya adelantábamos hace escasos días desde estas mismas páginas, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, estudia la posibilidad de adelantar las elecciones generales, ante el temor de que en los próximos meses los apoyos de los electores al Partido Popular (PP), que sustenta la presidencia de Aznar, sigan disminuyendo como lo han hecho.
Los resultados de las últimas elecciones europeas, autonómicas y municipales del pasado 13 de junio han demostrado que el desgaste de imagen sufrido por el Gobierno en sus tres años de mandato ha sido muy superior al temido por los políticos conservadores. En cambio, el Partido Socialista Obrero Español, su principal oponente, se refuerza ante la caida de Izquierda Unida.
Tal y como han resultado estas últimas elecciones, al Gobierno podría convenirle un adelanto de los comicios generales para aprovechar la falta de un liderazgo oficial del PSOE (liderazgo que se va poco a poco decantando a favor de algunos socialistas notables). El tiempo corre en contra de los intereses de Aznar.
Algunos analistas apuntan ahora la posibilidad de que el Gobierno haga coincidir las elecciones generales adelantadas con las elecciones autonómicas en Cataluña. Pero tal cosa perjudicaría claramente a Convergencia i Unió (CiU), socio del PP en algunas tareas de Gobierno, mientras que no está del todo claro que fuese a beneficiar los intereses de los "populares". Otros creen que estas elecciones serán en marzo. En cualquier caso, está claro que a partir de octubre próximo los comicios podrían adelantarse, aun a pesar de que José María Aznar repite una y otra vez que tiene intención de batir el récord de continuidad y duración de una legislatura en las tareas de Gobierno.