Ni Julio Anguita ni la política de Izquierda Unida cambiarán, a pesar de los pésimos resultados electorales obtenidos el pasado 13 de junio en los últimos comicios europeos, autonómicos y municipales. Anguita ha sido reforzado en su cargo de coordinador general y se le tiene como el único líder válido capaz de salvar a esta federación de partidos de izquierda.
Anguita, "incapaz de defender una política en la que no crea", según sus propias palabras, ofreció en su día su cabeza a la dirección de IU, pero la dimisión no fue admitida. Posteriormente, toda la dirección de IU en bloque dimitió hasta su reunión del sábado, 26 de junio, en el Consejo Político Federal.
La sesión ha sido maratoniana, pero lo que más ha destacado es la transparencia democrática de los debates y su democracia interna, democracia de la que deberían de aprender el resto de los partidos llamados "democráticos" en España.