La Asociación de Aerolíneas Europeas (AEA), que reagrupa a las grandes compañías de Europa, ha dado a concoer los datos del segundo trimestre sobre las demoras en el tráfico aéreo. Barcelona ocupa el segundo lugar de la clasificación negativa y Madrid el tercero. Ningún otro país tiene a sus dos principales aeródromos entre los cinco peor colocados.
Hasta finales del invierno pasado, Barcelona era el décimosegundo aeropuerto europeo por sus retrasos en El Prat. En la primavera (abril, mayo y junio) se ha convertido en el segundo, después de Milán-Malpensa, un aeropuerto muy perjudicado por el tráfico militar sobre el Adriático durante la guerra de Kosovo.
Durante ese trimestre, el 64,2 por ciento de los vuelos europeos que despegaron de Barcelona lo hicieron con un retraso medio de 56,4 minutos, una media récord en Europa. En la aviación civil no se computan los 15 primeros minutos de demora, con lo cual el retraso real fue de 71,4 minutos. Eurocontrol, la organización que coordina el tráfico aéreo en Europa, dice que las carencias de personal son la causa del recorte de la capacidad de algunas áreas en El Prat.
Por su parte, Barajas estaba a comienzos de 1999 en el octavo lugar entre los aeropuertos europeos más conflictivos. Ahora está en tercer lugar, detrás de Barcelona. En el segundo trimestre del año el 57,4 por ciento de los vuelos que despegaron de Barajas lo hicieron con retraso. La media de las demoras fue de 54,3 minutos, la más alta de Europa después de Barcelona.
Los investigadores de la AEA han preguntado a las compañías aéreas que operan en El Prat y Barajas sobre las causas de los atrasos. En Barcelona citan, en primer lugar, al control del tráfico aéreo (46 %), seguido por la llegada tardía del avión que debe despegar (43 %), y la lentitud de la carga y descarga del aparato figura en tercer lugar (7,8 %). El mal tiempo sólo perjudica al 0,15 % de los despegues.
En Madrid, en cambio, al control de tráfico sólo le achacan las aerolíneas el 37,5 % de las demoras, un poco más que a la llegada tardía del aparato (34,7 %), mientras que la dilación de la carga y descarga es responsable del 21,7 %, y los problemas de mantimiento del 8 %. Al mal tiempo sólo le incumben el 0,15 % de los retrasos.
La comparación estadística proporcionada por la AEA echa por tierra los argumentos del ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, de que los atrasos en los aeropuertos españoles son similares a los que padece el resto del Continente. En el segundo trimestre del año, el 34,9 % de los vuelos intereuropeos padecieron atrasos. Se trata del peor resultado desde 1988. Junio fue el mes más desastroso; más del 37 % de los despegues no se efectuaron a su hora. La zona más conflictiva para el tráfico aéreo en Europa es la del noreste de España -incluida Mallorca-, el sureste de Francia, Suiza y el norte de Italia.
Aunque la regla tiene bastantes excepciones, cuanto más alejados están los aeropuertos de este área mejor es su índice de puntualidad. Los aeropuertos escandinavos arrojan los mejores resultados, seguidos por los de Londres, Dublín, Viena y el de Larnaca (Chipre)
A diferencia de otras instituciones con responsabilidades en materia aérea, la AEA hace una previsión relativamente optimista para el tráfico aéreo durtante el actual verano, sobre todo para agosto, porque en este mes se suspenden numerosos vuelos utilizados para actividades de negocios. En septiembre, vaticina, volverán los problemas.