Lluvias torrenciales han caído durante toda la jornada del lunes en el noroeste de Turquía, asolada el martes pasado por el gran seísmo, haciendo todavía si cabe la vida mas difícil a los supervivientes, aumentando el riesgo de epidemias.
Desde Bursa a Adapazari pasando por Bolu, las trombas de agua acrecentaban el espectáculo de desolación de los habitantes de estas regiones, donde el seismo ha producido 12.148 muertos y 34.448 heridos, según el balance oficial del domingo por la noche.
Todos los que pueden intentan la huida de las ciudades más afectadas, – Izmit, Adapazari y Yalova-. Otros se refugian el las ciudades de tiendas de campaña, construidas progresivamente por las autoridades. Los de menos suerte caminan sin rumbo fijo bajo cualquier cosa que les abrigue.
Las autoridades turcas han desmentido que hayan dado una orden general para que los miembros de rescates extranjeros regresen a sus países.
La polémica sobre la incapacidad del gobierno turco, desbordado por los acontecimientos, ha tomado una nueva dimensi¢n con el llamamiento a la dimisi¢n del ministro de la salud, Osman Durmus.
TURQUÍA: LLUVIAS TORRENCIALES Y DIMISIÓN DEL MINISTRO DE LA SALUD
156
anterior