En Algeciras (Cádiz) este año se han reducido drásticamente tanto el número de muertos (cinco frente a los 32 de 1998) y desaparecidos (diez, 65 menos que el pasado año) como el de pateras interceptadas: apenas veinte en siete meses frente a las 109 de todo 1998. Pero en Canarias ya se han intervenido 25 en lo que va de año y se ha detenido a 221 inmigrantes (el 90 por ciento, marroquí), mientras que el año pasado la Guardia Civil interceptó 67 pateras y 299 inmigrantes fueron detenidos, y en 1997, 23 pateras y 112 inmigrantes detenidos. En 1996, sólo siete pateras fueron interceptadas.
Un proceso similar se ha producido en Ceuta. En 1998 fueron intervenidas 198 embarcaciones. Este año han sido 74. Pese a que el verano es considerada la temporada alta de las pateras, en el mes de agosto han sido intervenidas apenas cuatro embarcaciones que transportaban inmigrantes.
No obstante, en Algeciras el número de inmigrantes ilegales detenidos se mantiene como el año pasado, pero las pateras están dejando de ser el medio de acceso más importante en el Estrecho.
Las pateras que llegan a las Canarias salen del Cabo Juby (Marruecos) o del puerto de Aaiún (Sahara), a 48 millas de las Canarias. Ponen rumbo al noroeste para llegar a Fuerteventura, aunque a veces arriban a Lanzarote, al norte de la isla anterior. Para una chalana con un motor de hasta 50 caballos de potencia, esta ruta exige 20 horas de viaje. En la ruta del Estrecho, la travesía toma sólo dos horas, pero puede valer la pena el mayor esfuerzo, ya que las aguas del Atlántico son relativamente menos peligrosas que las del Estrecho.
El último año han pisado las costas de la provincia de Santa Cruz de Tenerife 98 inmigrantes que provenían de Guinea Bissau, Sierra Leona y Liberia. Todos eran varones, de entre 20 y 40 años. A diferencia de quienes alcanzan las costas de Fuerteventura en pateras, estos inmigrantes llegan en barcos pesqueros que los abandonan en unos pequeños y frágiles veleros cerca de las costas.