El pasado mes de julio, unos colaboradores de la ex ministra de Agricultura y comisaria de Transporte y Energía de la Unión Europea (UE), Loyola de Palacio, confesaban confidencialmente a esta publicación su preocupación porque "Loyola es un desastre; no se cuida y su aspecto, muchas veces, está demasiado descuidado". Decíamos que la ex ministra y entonces futura comisaria europea (hoy ya, ½de facto+) apenas se maquillaba y que incluso sus asesores debían de estar pendientes de los vestidos que llevaba.
Pues bien, desde finales del pasado mes de agosto, Loyola de Palacio debe de haber hecho caso de sus colaboradores más directos, puesto que tres días antes de su comparecencia ante el Parlamento Europeo, el 27 de agosto pasado, apareció en público, en Bruselas (la capital de la UE), con un nuevo corte de pelo y "más arreglada", según sus asesores.
El detalle no ha pasado desapercibido, porque ha merecido fotografías y comentarios en algunos medios españoles de la prensa y radio, casi un mes después de que desde estas páginas dedicásemos atención al aspecto de esta política, una de las más populares del Partido Popular.