La multinacional norteamericana Disney, no ha debido tener por menos que pensar durante la pasada semana ô como nos habremos metido en este desaguisadoö.
Después de anunciar a bombo y platillo que el parque Epcot Center de Walt Disney World -en el estado norteamericano de Florida- abriría el próximo 1 de octubre una exposición llamada «Jerusalén, capital de Israel», para la que este estado ha donado 1,8 millones de dólares, los árabes, – a los que no les ha hecho ninguna gracia que se hablara de capital israelita, cuando las religiones musulmana y judía conviven en la misma ciudad -, se han puesto en pie de guerra hasta tal punto, que el mismísimo jeque Mehde Chamsedin, no ha dudado en calificar a Disney como ôempresa criminal, judía y sionista, que nos saca decenas de millones de dólares en dibujos animados, juegos y publicaciones, instala filiales en todas las capitales árabes y ahora abre en Estados Unidos una exposición con Jerusalén como capital de Israelö.
Los Emiratos Arabes unidos han amenazado con boicotear todos los productos Disney, si el t¡tulo de la exposici¢n no se cambia de inmediato. El pr¡ncipe Al Walid bin Talal, miembro de la familia real saudita y uno de los principales inversores de EuroDisney, mantuvo una conversaci¢n con Michael Eisner, – m ximo ejecutivo de la compa_¡a-, con el fin de encontrar una soluci¢n al problema.
Segon el portavoz de Disney ,- Bill Warren -, aunque el pabell¢n estar dedicado a Israel, se omitir la frase » Jerusalem capital de Israel». En el proceso de paz entre rabes y jud¡os, el estatuto de Jerusalem es uno de los puntos m s conflictivos, ya que mientras Israel la reclama como su capital sin opci¢n a divisiones, los palestinos reivindican la parte Este, como capital de su futuro Estado.
DISNEY METE LA PATA EN MEDIO DEL PROCESO DE PAZ ISRAELO-PALESTINO
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