La prueba más concluyente es que la comunidad gitana sólo cuenta con tres curas, siete seminaristas y seis religiosas de su propia etnia. Poca cosecha para un colectivo compuesto por más de 600.000 almas, en el que aproximadamente el 90 por ciento se declara católico, aunque el número de los practicantes desciende a casi un tercio.
La falta de vocaciones entre los gitanos y su masivo paso a las iglesias protestantes, sobre todo a la Iglesia de Filadelfia, son los principales temas que ha abordado la Iglesia católica en las XIV Jornadas de Pastoral Gitana, celebradas del 17 al 19 de este mes en Madrid.
Según los expertos eclesiales en este tipo de pastoral, una de las causas principales de la escasez de sacerdotes gitanos es el celibato. Y es que en la cultura gitana la paternidad es un bien no sólo personal sino también de reconocimiento social. En sus categorías culturales no entra el celibato ni siquiera por el reino de los cielos.