El periodismo se ha convertido en Israel el medio sin normas para conseguir todo, y sino, que le pregunten al magnate de la prensa Ofer Nimrodi, dueño del diario Maariv.
Este multimillonario, cuya familia se enriqueció vendiendo armas a Irán y tiene la presencia de un estudiante modélico, inició en 1992 , año en el que tomó el control de su periódico, una guerra sin cuartel contra la competencia en la que todo ha valido, comenzando por la familia Moses, clan que controla el Yediot Aharonot, el periódico de derechas más importante del país.
En 1993 Nimrodi contrató los servicios de ciertos ô fontanerosö encargados de colocar a Moses bajo su control a través de las escuchas telefónicas, y para que no fuera éste solo, sometió al mismo grado a políticos, financieros y artistas israelitas.
Esta actitud que puede escandalizar a los profesionales europeos es , al parecer, forma habitual de proceder del periodismo en Israel, y de la misma manera, Moshé Vardi, – redactor jefe del Yediot Aharonot, hizo grabar las conversaciones de responsables de Maariv, as¡ como las de ciertos periodistas de su propia redacci¢n de los que desconfiaba.
Condenado a ocho meses de prisi¢n y una buena suma de multa, Nimrodi fue puesto en libertad en febrero pasado, tras cumplir la mitad de su pena. El magnate ha vuelto a retomar sus actividades laborales y sociales, sin que nadie se ofusque por lo acontecido.
El jefe de los » fontaneros » que Nimrodi contrat¢ para realizar las escuchas, – ahogado en deudas y encarcelado por cuatro a_os -, se ha decidido a hablar a la justicia sobre los trabajos encargados por Nimrodi , entregando escuchas telef¢nicas in’ditas y documentos, en los que se baraja la posibilidad incluso de eliminar f¡sicamente a personas que en ese momento estorbaban. La polic¡a ha abierto una nueva investigaci¢n sobre el due_o de Maariv y parece que esta vez no hay dudas sobre que ser condenado.
EL MULTIMILLONARIO Y DUEíO DEL DIARIO ISRAELITA MAARIV PODR-A VOLVER EN BREVE A PRISIÓN
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