PAPON FUE DETENIDO EN GSTAAD DURANTE LA NOCHE EN MEDIO DE LAS PROTESTAS DEL HUIDO

Maurice Papon pasó en la más absoluta discreción sus últimas horas de libertad en un hotel de Gstaad, antes de ser arrestado por la policía francesa, a la que tuvo sometida al ridículo más espantoso tras su estrafalaria huida.
Rudi Widmer, director de hotel Posthotel R÷ssli donde Papon se registró con el nombre falso de Robert de la Rochefoucauld, comentó que tres policías se presentaron el jueves alrededor de las 22:30h, mostrándoles la foto de Papon y preguntándole si alguien de sus características se había registrado en el hotel.
Los policías reconocieron en seguida el nombre falso de Papon, puesto que fue utilizado por el huido en otro hotel suizo los días anteriores. Los agentes comunicaron a Widmer que iban a detenerlo, pero dudaban del procedimiento a seguir, temiendo que Papon no abriera la puerta de la habitación 115, – donde se encontraba -, o atentara contra su propia vida. Así pues tuvo que ser el hotelero quién llamara por teléfono a Maurice Papon , al que le comunicó la llegada de un fax a su nombre. Al abrir la puerta para recoger dicho e inexistente fax, los polic¡as entraron a la habitaci¢n ante las protestas de Papon, qui’n argumentaba que no pod¡an detenerle por la noche y que su fr gil salud se resentir¡a por esa intromisi¢n.
Ante tal esc ndalo, los polic¡as se vieron en la obligaci¢n de llamar a una ambulancia y a un m’dico, qui’n certific¢ que Papon estaba en perfecto estado para ser trasladado.
Baj¢ del hotel sin oponer resistencia y custodiado por la polic¡a y muy pocos habitantes de esta lujosa estaci¢n invernal se percataron de la presencia del famoso huido.
El antiguo secretario general de la prefectura de la Gironde bajo la Ocupaci¢n, no recibi¢ nada mas que una visita durante su estancia en el hotel, una mujer de unos 50 a_os, qui’n se present¢ como su sobrina. Comi¢ en dos ocasiones en el restaurante del hotel y se hac¡a servir platos fr¡os en su habitaci¢n. La vida en la m s lujosa de las estaciones de sk¡ suizas, no se vio turbada nada m s que por lo periodistas que se desplazaron ante la noticia de la detenci¢n de Papon