Aunque todo el mundo lo sabía, las pruebas se multiplican y las grandes transnacionales tabacaleras pasan al banquillo de los acusados. La denuncia saca chispas.
Tal es el estado de situación de la «bomba» mediática que acaba de explotar ayer en Ginebra y que sigue ocupando en las últimas horas un lugar privilegiado de la información mundial.
Todo se precipitó la noche europea del miércoles a partir de la presentación pública de las conclusiones de un detallado estudio dispuesto por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La principal conclusión: las grandes multinacionales del tabaco han desplegado desde años una estrategia bien elaborada para minar la campaña contra el tabaquismo y desgastar a la OMS, su principal promotora.
Tal es el mensaje central que encierra el texto de 240 páginas, que sintetiza las investigaciones realizadas durante medio año por una Comisión de Expertos independientes.
Esta Comisión de cinco investigadores estuvo encabezada por el doctor suizo Thomas Zeltner, Director de la Oficina (Ministerio) de Salud Poblica helv’tica.
La encuesta se bas¢ en 30 millones de documentos internos de los fabricantes americanos de cigarrillos – entre ellos la Philips Morris Co-. Esos documentos indican a la OMS como «su principal enemigo» en un tono que no esconde la guerra mortal de intereses contrapuestos.
El documento de la Comisi¢n hecho poblico por la OMS, denuncia «una tentativa de subversi¢n bien financiada, sofisticada y generalmente invisible» de parte de los grandes grupos tabacaleros.
Periodistas, publicistas , funcionarios de la misma Organizaci¢n Mundial de la Salud y expertos autoproclamados como «independientes» fueron pagados durante a_os por las transnacionales tabacaleras para manipular informaci¢n, desacreditar a la OMS y minimizar el efecto destructor del tabaco.
El informe no se queda all¡. Acusa a la industria del tabaco y su poder de cabildeo de intentar desviar la atenci¢n de la tem ticas de salud ligadas al tabaco y, aon m s, de presionar por todas la v¡as para reducir el presupuesto del organismo onusiano.
«Para las tabacaleras la OMS era el enemigo nomero uno. Todos los medios eran buenos para da_ar su credibilidad y frenar sus esfuerzos encaminados a la prevenci¢n del consumo del tabaco», enfatiz¢ Thomas Zeltner a un peri¢dico suizo.
La OMS estima en 4 millones el nomero anual de decesos debidos al tabaco. Y anticipa que si no se toman las medidas pertinentes este nomero se elevar¡a a 10 millones de aqu¡ al 2030.
Si la guerra entre industria del tabaco y la OMS ya exist¡a, la denuncia poblica sin precedentes de las oltimas horas anticipa una pulseada de dif¡cil desenlace.
Y una pregunta de fondo: + podr por una vez el sistema de Naciones Unidas ganar una batalla a los grandes intereses econ¢micos que manejan las principales riendas del poder planetario? (Mu/QR/Oi-Em/Sa/ap)
Sergio Ferrari
SE ABRE UNA GUERRA ABIERTA ENTRE LA OMS Y LAS TABAQUERAS
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