La tragedia del sumergible ruso Kursk, varado en el fondo del mar de Barents con 118 tripulantes, compromete seriamente la popularidad del primer ministro Vladimir Putin. Tras dos días de tímidos comentarios, la prensa rusa coincidió en desatar todas las críticas que reflejan en gran medida, el sentimiento popular.
Titulares y fotomontajes satirizan el silencio y la indiferencia del primer ministro ruso. Le critican haberse mostrado en vacaciones, practicando deportes y con un gesto impasible ante el drama de familiares y amigos de la tripulación del Kursk.
También le hacen responsable de la demora -posiblemente fatal- en requerir o aceptar la ayuda técnica de otros países para el rescate de los tripulantes.
En todos los casos, la prensa no hace más que recoger un sentimiento que a viva voz puede escucharse en las calles. El «secretismo» sobre las operaciones de salvamento, no ha hecho más que incrementar la indignación.
Las responsabilidades también salpican al gobierno y a las Fuerzas Armadas en su conjunto, pero Vladimir Putin es el centro de las m s duras cr¡ticas. El aura de popularidad que el primer ministro hab¡a ganado por su publicitada firme posici¢n en la guerra Chechena, parece haberse hundido tambi’n en las fr¡as aguas del mar de Barents. (Mu/Qr/Ci-Au/Pp-Ac/ap)
Carlos Iaquinandi Castro
EL PRESIDENTE RUSO ANTE UNA CRISIS DE POPULARIDAD A CAUSA DE SU NEGLIGENCA ANTE EL CASO DEL SUBMARINO KURSK
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