El temor porque el conflicto árabe – israelí empeore en las próximas horas, se mantiene. Las cancillerías occidentales realizan grandes esfuerzos para que eso no suceda. Los graves hechos ocurridos en las últimas 48 horas, a partir del linchamiento de dos soldados israelíes, colocaron a la región de Medio Oriente al borde de un conflicto generalizado.
A pesar de la dura respuesta israelí, esta parece limitada a los objetivos de castigo alcanzados por misiles lanzados desde helicópteros y lanchas. La Autoridad Palestina perdió en ellos su escasa fuerza naval de cinco cañoneras de poco tonelaje. También fueron alcanzadas oficinas, una comisaría y la propia residencia de Yasser Arafat. El líder palestino no se encontraba allí.
Horas más tarde, Arafat visitó los hospitales donde habían sido internadas las víctimas de los bombardeos israelíes. En todos los países árabes, incluso en los más moderados, existe una gran indignación contra Israel . Critican el abuso de armas de fuego en la represi¢n de manifestantes palestinos. Esas acciones dejaron casi un centenar de muertos y decenas de heridos.
Para este s bado se espera una reuni¢n de alto nivel en El Cairo, procurando recuperar espacios para la negociaci¢n. Han comprometido su asistencia el Presidente Clinton, el mandatario egipcio, Javier Solana por la Uni¢n Europea y representantes del gobierno de Israel y de la Autoridad Palestina.
Hay fuertes presiones de los gobiernos occidentales para terminar con la violencia y los ataques militares. La paz tambi’n les garantiza que el abastecimiento petrolero no estar en peligro. M s aon, cuando muchos de esos pa¡ses se encuentran a las puertas del per¡odo invernal.
Los pa¡ses rabes, que no tienen fuerza militar adecuada para hacer frente a Israel, saben que su petr¢leo puede ser un arma pol¡tica. (Mo/QR/Oi-Pf/Am-Vi-Ri/pt).
Carlos Iaquinandi Castro