La Suprema Corte de los Estados Unidos sacudió los cimientos de los ciudadanos este fin de semana, cuando interfiriendo en un asunto interno de la Unión, congeló el conteo manual de boletos que había ordenado la alta Corte de Justicia de Florida.
Cuando los laboriosos demócratas se apresuraban a cumplir con la orden que de seguro les daría la victoria en las elecciones 2000, despertaron el lunes ante la noticia de que deberían presentar argumentos orales ante la Suprema.
Una vez más, la noticia mantiene a la población pegada al televisor y la radio, los ratings rebasaron el cielo, y los medios continúan repitiendo el mensaje de las últimas dos semanas, este es sin duda el tiro de gracia para Al Gore. Muchos ya están hablando de la politización del poder judicial.
Mientras la máxima autoridad judicial del país decide si le da la victoria a Bush, a Gore o diseña un sistema uniforme para el conteo final en Florida. Los demócratas usan la corte de apelaciones para cancelar miles de votos por ausencia (por correo) a favor de Bush, pues los oficiales electorales violaron las leyes permitiendo que las solicitudes incompletas de los votantes fueran alteradas por operativos republicanos. Se habla de fraude.
Una reflexi¢n se ha filtrado en los medios estadounidenses: m s de cien millones de ciudadanos votaron en esta elecci¢n pero al final de cuentas, solo nueve van a contar, los de la Corte Suprema. (Eu/QR/Au/Ppe/mc)