El destino final de los camiones es la localidad de Sellafield, en Gran Bretaña. Portavoces de la Fuerza Motriz de Berna, responsable de este envío, aseguraron que tal desplazamiento «no comportaba ningún riesgo».
La Oficina Federal de Energía había autorizado el transporte el pasado 17 de mayo. Los militantes ecologistas argumentan lo contrario, y se oponen a la manipulación y transporte de desechos nucleares. Casi dos toneladas de este tipo de residuo deberían ser transportadas en total, hacia Gran Bretaña, en los próximos diez meses.
Horas antes, otro grupo de Greenpeace, pero está vez en Hong Kong, se encadenaron para protestar contra la sede de la filial de la transnacional suiza Nestlé en ese país asiático. En este caso, la organización ecologista, intentaba denunciar el uso de la multinacional láctea de organismos genéticamente modificados. (Euro/QR/Ci-Ong/Ec/ap)
Sergio Ferrari