Algo que contemplaremos en esta nota es sobre un posible eje estratégico entre ambas regiones geo-políticas.
Europa occidental y AL fueron los dos pilares occidentales que tuvo EU para erigir su liderazgo contra Moscú en la guerra fría. Durante la bi-polaridad EU controlaba al primero mediante la OTAN y al segundo mediante la OEA. EU nunca permitió que ambos bloques continentales crearan una entidad permanente y menos una en la cual Washington no participase.
Con la caída del bloque soviético se ha generado un nuevo panorama. Por una parte los antiguos aliados de EU pueden aflorar más sus diferendos con éste y por otra parte AL busca afanosamente una vía para escapar a una unipolaridad que le va asfixiando.
Desde 1989 la UE ha venido cambiando. Se ha fortalecido y en la mayor parte de ésta rige una moneda común. Para dentro de 5 años la UE apunta a casi duplicar sus miembros. Moscú ya no es el enemigo y casi en los mismos días que se realizaba la cumbre Rusia entró como miembro asociado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte que originalmente nació contra ésta.
La UE y los EU, tradicionales aliados, también son competidores y adversarios. El dólar y el euro compiten por capturar las antiguas economías planificadas que se han abierto al mercado. Para la UE su principal eje de expansión es el este de su continente, pero allí se topa con unos EU activos que invierten y que mantienen tropas en media docena de países ex-socialistas. AL no es una prioridad económica para la UE y a ella destina apenas el 5% de su comercio exterior (una cifra inferior al que tiene con la pequeña Suiza). Sin embargo, la UE necesita abrir puertas en ese mercado. Si EU quiere avanzar en el patio oriental de la UE, la UE quiere avanzar en el patio trasero de los EU.
Inmediatamente después del desplome del muro de Berlín, el rey español y Fidel castro co-auspiciaron las cumbres ibero-americanas, las mismas que se dieron todos los años desde 1991. Luego, en 1999 se realizó la I cumbre entre la UE y sus ex-colonias al sur de los EU.
El gran pivote de dichos acuerdos es España, quien es el segundo inversionista extranjero en lo que fueron sus colonias americanas y quien aspira a tener su propia versión de la Mancomunidad Británica de Naciones, la Comunidad Portuguesa-parlante o la Francofonía que tienen otros miembros de la UE.
El intento de crear un acuerdo estratégico EU-LA tiene como objetivo permitir que ambas regiones incrementen su intercambio comercial, al mismo tiempo que logran márgenes de autonomía sobre su común aliado estadounidense.
El cónclave de Madrid produjo una resolución en la cual AL y la UE se delimitan del unilateralismo, piden que se respete los acuerdos ambientalistas de Kioto, que se conforme el tribunal penal internacional y que se reconozca a Cuba. Así, ambas regiones marcan distancia con Washington.
Para la UE América Latina no es uno de sus ejes principales. Pese a que al sur de los EU está la región del Tercer Mundo más occidentalizada, menos convulsiva y más adaptada a los sistemas de democracias liberales, AL tiene una participación relativamente marginal en el comercio y la producción mundiales.
Para América Latina la UE es fundamental. Para los países del Cono Sur es su principal socio comercial y para la mayor parte del resto es el segundo después de EU. La UE es quien más inversiones no militares y más asistencia da a AL.
Al tratar de acercarse a la UE, los países latinoamericanos buscan nuevos mercados para sus productos de exportación y también crear un contrapeso al creciente dominio de la única superpotencia que queda. Si bien los países de la América Latina y el Caribe están metidos en el proyecto del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas ALCA y están en la OEA como seguidores de EU, hay una serie de puntos en los cuales hay roces con Washington.
El principal escollo para una mayor integración entre ambos continentes es el proteccionismo europeo sobre su producción rural. A pesar que Europa pide que AL abra más su comercio interno, la UE mantienen aranceles altos para los productos agropecuarios generando graves pérdidas para exportadores del Tercer Mundo. Chile y México son quienes más lejos han llegado en hacer acuerdos de libre comercio con la UE. Posibles acuerdos con el Mercosur se ven coartados por el desplome argentino y por el proteccionismo europeo.
A menos de un mes de las elecciones legislativas francesas no se podría esperar que Chirac y tras él la UE aceptaran discutir bajar los altos aranecles que benefician a los agricultores galos a costa de las importaciones del tercer mundo y de los propios beneficios sociales y capacidad de compra para el grueso de la población francesa.
El presidente peruano Alejandro Toledo sostuvo que AL no quiere que le envíen donativos sino que les permitan abrir sus mercados para que puedan exportarles sus productos. Mas, la UE no tiene visos de generar una fuerta reestructuración de su proteccionismo agropecuario. Si ha de hacerlo lo realizará en beneficio de los países del este europeo (que producen bienes agropecuarios similares a los de AL) a quienes quiere integrar.
Gran parte de la cumbre estuvo enfocada en atacar al llamdo terrorismo. Mas, como lo sostuvo el Finantial Times ésta no es una prioridad para una región económicamente deprimida.
AL es posiblemente la zona del Tercer Mundo que menos violencia política tiene. En la primera cumbre de Río no se habló del terrorismo y en la cumbre iberoamericana de Lima (noviembre 2001) no se explicitó ningún grupo terrorista en las Américas. El incidir en la campaña antiterrorista ha sido vista por algunos como un intento de no abordar los problemas más centrales: la desigualdad en el intercambio y la pobreza. Los intentos de los presidentes Aznar y Pastrana de transformar a las FARC en terroristas está preparando las condiciones para un escalamiento de la guerra interna en ese país que podría eventualmente crear una repetición de la violencia afgana o balcánica en plena Sudamérica.
Un tema que no abordó la cumbre fue la situación de las últimas 14 colonias europeas que quedan en las Américas. En el continente que primero se liberó de Europa ahora queda casi la mitad de las dependencias ultramarinas de la UE. En Sudamérica hay una, la Guyana Francesa, fronteriza al norte con Brazil donde en mayo más del 50% votó por la única candidata negra radical en los comicios franceses.
Mientras se daba la cumbre de Madrid la prensa británica más atención le daba mucho mayor atención a la discusión entre Aznar y Blair por el peñón de Gibraltar. Los gobiernos de AL, en cambio, han preferido ‘olvidarse’ de la cuestión de los últimos enclaves coloniales, y hasta la situación de Las Malvinas, la misma que ocasiono una guerra hace 20 años, fue ignorada.
El jefe de la oposición española ha caracterizado la política de Aznar en la cumbre como una especie de neocolonialismo. Miles de manifestantes y una contracumbre del Foro Social Transatlántico se han reunido en Madrid para protestar por lo que ellos ven como un intento de crear más violencia y más opresión sobre el Nuevo Mundo.
Las posibilidades de que América Latina haga su propio bloque económico y político son mínimas debido a que ésta está dividida en diversos pactos subregionales, y a que tanto los EU como la UE buscan que ésta forme parte de asociaciones económicas mayores con las potencias industrializadas.
Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics