Ambos candidatos se han movido hacia el centro político. Schroeder fue de joven un radical de izquierda que se vino moderando hasta plantear transformar a la Social Democracia en un ‘nuevo centro’. Stoiber proviene de Bavaria, una región católica conservadora, y ha estado asociado a los germanos del sudeste checo que quieren retornar a sus tierras o piden compensación.
Hasta hace unas semanas Stoiber era el favorito. Schroeder era visto como alguien que prometió bajar el desempleo, pero los desocupados han crecido a más de 4 millones. Los diluvios que azotaron Europa central salvaron al canciller. Este apareció organizando el rescate, la reconstrucción y una fuerte intervención estatal. Aprovechándose de esa coyuntura Schroeder sostenía que bajar los impuestos y liberalizar más el mercado (como plantean los demo-cristianos) repercutiría negativamente en la capacidad estatal de ayudar a los danmificados.
La amenaza de la guerra contra Irak fue utilizada por el actual gobierno para incrementar sus puntos. Mientras el laborismo británico pierde fuerzas al asumir una posición beligerante frente a Bagdad, los llamados de Stoiber en contra de una nueva incursión militar le hacían recobrar su popularidad.
Dicho giro pacifista ha sido cuestionado por la oposición como una maniobra distraccionista para evitar abordar la cuestión de la economía alemana. Por otra parte, el gobierno social-demócrata/verde ha patrocinado el envío de tropas alemanas a la ex-Yugoslavia y Afganistán.
Stoiber acusa al gobierno de ser responsable que la desocupación haya crecido y que el crecimiento económico de su país sea sólo del 1% anual, uno de los más bajos de Europa. Los demo-cristianos y liberales quieren flexibilizar el mercado mientras que los sindicatos se oponen a ello pues podrían incrementarse los despidos y bajarse los ingresos reales. Para Stoiber el modelo a seguir es el que él impulsó en su Baviera, transformando esta región rural en un pilar para nuevas tecnologías.
Stoiber quiere reducir la inmigración y llama a echar a ciertos musulmanes. Para Schroeder la inmigración no afecta el desempleo. La izquierda acusa a los demo-cristianos de azusar la carta racial.
En última instancia el nuevo gobierno sería decidido por los otros 3 partidos menores que llegasen al parlamento: los verdes, los liberales (FDP) y los demo-socialistas (PDS). Los dos primeros han mejorado sus anteriores votaciones, los verdes están acercándose al 9% y el FDP está sobrepasando el 7%. El PDS parece que no volverá a tramontar el 5%, con lo cual perderá automáticamente representación parlamentaria nacional y quedará reducido a un puñado de bancadas.
Schroeder podría mantenerse como canciller si lograse una coalición con los verdes o con los liberales. Stoiber, en cambio sólo podría entenderse con los ecologistas. Existe la posibilidad que se vuelva a hacer una mega-coalición entre los dos grandes partidos como la que gobernó a Alemania en 1966-69. Mas, en el caso austriaco la coalición entre demócratas sociales y cristianos acabó desprestigiando a ambos y potenciando a la extrema derecha.
A unas cuantas horas del cierre de las urnas ambos bandos pueden decir que tienen chances de llegar al ejecutivo. Sin embargo, aunque los demo-cristianos pudiesen conseguir la primera mayoría, como claman, eso no les daría necesariamente el gobierno. Para ello deberían incrementar su ventaja electoral sobre los social-demócratas y lograr que la coalición parlamentario con el FDP sea mayor que la del actual gobierno social-deócrata-verde. La socialdemocracia podría mantenerse en el gobierno aunque perdiese por poco margen, siempre y cuando lo haga cabalgando sobre el crecimiento electoral de los verdes.
Isaac Bigio
Profesor de la London School Of Economics