En el último día del mes en el que se recuerda ese aniversario se ha iniciado la demolición de las dos torres del Estadio Wembley, símbolo del deporte británico y del fútbol de la nación que creó esta disciplina.
Esto último no ha sido hecho mediante una sorpresiva operación militar de pilotos suicidas, sino como una operación de negocios planificada por sus propietarios.
El ‘Estadio Imperial’, como inicialmente éste fue denominado, empezó a funcionar hace 69 años. Este fue en su momento el palacio del deporte del mayor imperio ultramarino de la historia. Algo que distinguía a este estadio han sido sus dos grandes torres blancas construidas en la entrada del medio. Estas se pueden ver desde kilómetros de distancia y están consignadas en su logotipo oficial.
Las torres gemelas de Wembley han presenciado las finales de todas las copas de fútbol inglesa desde 1924 y también las del único mundial de balompié que dio la victoria a Inglaterra. Tras su sombra también se realizaron los primeros juegos olímpicos de la postguerra y las finales de los campeonatos nacionals de Rugby. En Wembley han habido desde carrera de galgos hasta peleas de box, juegos de beisbol o fútbol norteamericano o actuaciones masivas de artistas como Madonna y Michael Jackson.
Mientras las torres de Nueva York fueron barridas por la mayor violencia política que haya golpeado a EEUU en más de 2 siglos, las torres de Wembley han presenciado la formación de la principal escuela de violencia futbolística. El país que dio el balompie al mundo ha sido también quien ha difundido el hooliganismo. No ha sido inusual ver en las inmediaciones de éste, así como de otros estadios británicos, grupos de fanáticos, los mismos que no recitaban textos religiosos, pero que se pintan el rostro, lanzan coros apasionados y están dispuestos a atacar físicamente. Los hooligans británicos han protagonizado vandalismo en otros países y su ejemplo fue seguido con los saqueos de Moscú durante el último mundial.
El derrumbe de las torres de Wembley se da como parte de una inversión espectacular. Los costos para refaccionar el nuevo estadio superan las 750 millones de libras esterlinas, más de 1,350 millones de dólares. Se trata del estadio más caro que exista y su valor es más del doble que los que fueron las sedes de los últimos mundiales. Este presupuesto es mayor que el ingreso anual de muchos países del tercer mundo. Afganistán, el país que se empezó a bombardear un año antes que se iniciasen las nuevas obras en Wembley, apenas exporta 70 millones de dólares anuales. El nuevo estadio terminará costando más de 20 años de exportaciones afganas.
El nuevo Wembley tendrá un arco que le permitirá proteger al juego de la lluvia y mucha innovación tecnológica. Sin embargo, su capacidad será tan sólo de 90,000 espectadores. El 28 de Abril de 1923, cuando éste se inauguró, logró contabilizar a 127,000 espectadores más otros 70,000 que estuvieron en las inmediaciones.
Para Beckham, capitán de la selección inglesa, este estadio es algo que merece tener Inglaterra. Algunos críticos sostienen que se trata de otro ‘elefante blanco’, como lo fue la famosa Cúpula del Milenio que construyó el Nuevo Laborismo de Blair para simbolizar su poderío, pero que ha acabado abandonado en busca de inversionistas privados. Muchos hinchas cuestionan el hecho que el mayor complejo deportivo se haga en la capital que concentra todo y hubiesen preferido un nuevo estadio al centro del país.
Sin duda alguna el nuevo Wembley será colosal. La cuestión en saber si el dinero invertido allí era necesario o si mejor hubiese sido destinar éste para obras de salud y educación, en un país donde se vienen cerrando hospitales y escuelas por falta de presupuesto, o en centros deportivos locales.
La suerte de las 2 torres de Londres y Nueva York mantienen, aunque no lo parezca, cierta hermandad. El símbolo de los negocios estadounidenses fue demolido, mientras el del deporte británico será remplazada por cuestiones de negocios. La caída del Centro Comercial Mundial generó el nuevo orden de Bush que trata de hacer sentir el poderío militar norteamericano por doquier. La sustitución de las torres de Wembley para dar paso a un super-estadio son parte del nuevo orden mundial en el cual el fútbol y el deporte se tornan cada vez más en una mercancía, y donde se construyen grandes circos mientras en gran parte de la humanidad cada vez hay menos pan.
Isaac Bigio
Profesor de la London School of Economics