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Esto implica que las sanciones de Naciones Unidas sí habían logrado previamente su propósito y da argumentos a quienes aducen que la guerra fue ilegal. Esta no fue echa para desmantelar las supuestas armas de destrucción masivas, sino por la razón inversa. Saddam, a diferencia de la I guerra del golfo (1991), ya no tenía ninguna arma que representase algún peligro para que pudiese ser invadido.
Otro reporte de la CIA estaría revelando que Saddam no cobijó a ningún operativo de Al Qaeda. Todo ello quita argumentos, credibilidad y electores a Howard y Bush en la recta final de las elecciones de Australia y EEUU.
Isaac Bigio
Analista Internacional