Un cónclave secreto (impermeable a la prensa) elegirá al sucesor de Juan Pablo II. Allí sólo votarán 117 cardenales menores de 80 años, cuyo promedio de edad es de 71 años. Sólo 6 de ellos tienen menos de 60 años. Allí no hay ninguna mujer, joven u hombre de edad intermedia.
Casi todos los cardenales, a su vez, fueron designados por Juan Pablo II, quien se encargó de garantizar que ellos fueron ideológicamente afines a él. Muchos obispos que pudiesen tener ideas distintas a las suyas fueron transferidos.
La mitad de los católicos del mundo son latinoamericanos pero sólo 21 cardenales (una sexta parte del total que votan) provienen de esa región. Europa, donde sólo reside el 23% de los católicos, tiene 58 electores (casi la mitad). Este continente (y particularmente Italia, donde está el 5% de los católicos) ha tenido el virtual monopolio del papado.
Asia y Africa tienen 11 electores cada uno, pese a que el primero es el continente en el cual reside la mitad de la humanidad y el segundo es uno de los que la iglesia experimenta uno de sus mayores crecimientos. Oceanía tiene un elector y el resto de países americanos 14.
Dos tercios de los creyentes provienen del Tercer Mundo, pero dos tercios de los que nominarán al papa son cardenales del Primer Mundo.
Todas las monarquías europeas se han ‘modernizado’ y ‘constitucionalizado’. Roma, en cambio, mantiene estructuras que provienen desde el feudalismo o los césares.
Lo más probable es que el nuevo papa continúe la prédica de Juan Pablo II en favor de los ‘derechos humanos’ y la ‘democracia’, aunque su elección y la de su sucesor, y la forma en la cual conduzca su administración interna, se base en otra forma de gobierno muy distinta.
Isaac Bigio
Analista Internacional