La isla de Trinidad, pese a encontrarse a solo 11 kilómetros de la costa de Venezuela (una distancia parecida a la que hay entre Lima y El Frontón), no ha jugado nunca en la liga sudamericana de fútbol. Tanto ésta, como las Antillas holandesas y las tres guyanas están geográficamente dentro del subcontinente sudamericano. Sin embargo, estos territorios al igual que Belice (empotrada junto a Guatemala), Jamaica y las Antillas en donde no se habla castellano o portugués tienden a ser consideradas por razones netamente político-culturales como una región que está y no está dentro de Latino América.
En 1498 Colón descubrió Trinidad a la que bautizó como tal en homenaje a la Santa Trinidad. Los castellanos dominaron ésta hasta 1797, fecha en la cual los británicos se la arrebataron. Si bien su capital siguió teniendo el nombre de Puerto España, la isla fue siendo anglificada, conoció un fuerte cambio étnico y se uniría administrativamente a la vecina isla de Tobago.
Tras la abolición de la esclavitud, los hacendados británicos, precisando mano de obra, fueron contratando jornaleros asiáticos. Tanto Trinidad como las guyanas se convirtieron en los países americanos con mayor población india. Ojo, estos habitantes no eran indígenas locales sino, literalmente, emigrantes traídos del subcontinente indio.
En las Américas casi toda la población que cree en alguna religión que no sea oriunda es cristiana. No obstante, la excepción es Trinidad y las guyanas donde hay un gran contingente de sus habitantes que es musulmán o hinduísta.
El nacionalismo islámico que puede haber sido totalmente desconocido en las Américas antes del 11 de Septiembre del 2001, en Trinidad tiene su historia. Once años antes de la voladura de las Torres de Nueva York, el Jamaat al Muslimeen, un grupo islamista negro, hizo un golpe en Puerto España reclamando tierras y denunciando el racismo. En julio 1990 retuvo como rehenes al primer ministro y a varios parlamentarios mientras habían revueltas y saqueos urbanos. Dicho levantamiento fracasó y el líder mahometano Yasin Abu Bakú se rindió.
Con Trinidad en el mundial Brasil encontraría la horna de su zapato. Si bien Brasil ha estado en todos los 17 mundiales mientras que los trinitarios nunca han llegado a uno de éstos, lo que Puerto España disputa a Río de Janeiro es el de tener el carnaval más colorido y el pueblo más carnavelero que hay en el mundo. Si Brasil se ha hecho famoso jugando la pelota como bailan la zamba, los trinitarios dicen que su estilo de driblear el balón se inspira en el calipso.
Isaac Bigio
Analista Internacional