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Sin palabras…. un espectáculo muy discreto y elegante. Audi ha arriesgado y nos ha sorprendido con la actuación de una trapecista que evolucionaba al ritmo de la música -sin red- jugando con las cuerdas y el trapecio. Silenciosa, su actuación daba comienzo y fin con una naturalidad impresionante; sus evoluciones son suaves y calculadas, ocultando la tensión y fuerza que se precisan para realizar este espectáculo y transformándolas en elegantes movimientos…. no pude evitar el paralelismo de esas sensaciones a la que se produce cuando conduces un Audi de gama alta.
Por Gema Castellano



