«Incluso sin que hayan empeorado en forma concreta las dimensiones de la pobreza en 1998, los datos me preocupan mucho», dijo el ministro de Trabajo y Asistencia Social Eli Ishai (Shas) al presentar esta semana el informe anual de la Oficina Central de Estadísticas (OCE) sobre la pobreza, y agregó: «Israel no puede permitirse semejantes proporciones de pobreza y brechas económicas, y es inconcebible que se pretenda perjudicar más aun al sistema de subsidios por desocupación, medida que sólo contribuirá a agravar la situación». La última frase estaba destinada a las propuestas del Tesoro con vistas al Presupuesto Nacional del 2000.
El informe anual, que utilizó esta vez otro sistema de medición, señala que 1.000.020 personas eran pobres en 1998. (Para 1997 se estableció el número en 729.000, pero ello debido a que en el anterior se midió al 80% de la población, sin trabajadores independientes y pequeñas localidades). De ellas, 440.000 son niños. Si se pasa a porcentajes, en este caso se obtiene un cuadro m s preciso: en el ’97 el 16,4% de la poblaci¢n era pobre, en el ’98 el 16,6%. En el ’98 el 22,8% de los nilos de Israel viv¡an en la pobreza, y en el a_o anterior el 22,7%.
La l¡nea de pobreza es una l¡nea imaginaria que se traza a partir de la mitad del ingreso promedio. Para el caso del Informe, que abarca al a_o 1998, se trata de quienes ganaban menos de los siguientes guarismos: 1.398 sh’kels mensuales para una persona que vive sola; 2.236 para una pareja; 2.963 para una familia de tres; 3.578 para cuatro; 4.193 para cinco y 4.752 para seis. Se estima que para 1999 la l¡nea estar un poco m s alta (porque el sueldo promedio subi¢ un poco) y, para una familia de cuatro personas, el par metro de pobreza estar¡a en 3.831 sh’kels mensuales.
De lo dicho se desprende que la «pobreza» presentada por la OCE no es un valor absoluto y en realidad mide con precisi¢n la brecha econ¢mica en la poblaci¢n. Esa brecha ha quedado estable en los dos a_os que pasaron, pero es muy probable que se haya ensanchado en el curso de este a_o que concluye, sobre el cual la OCE presentar su informe reci’n en el a_o que viene.
Respondiendo a los datos del Informe, el premier Ehud Barak declar¢ que «cada ni_o que vive en la pobreza es un mundo, y estos datos (que se refieren a la gesti¢n de Netaniahu) son precisamente la raz¢n por la cual fuimos electos: para revertir la situaci¢n. Nuestro Gobierno comenzar el cambio ya este mismo a_o. Los acuerdos de paz traer n al Medio Oriente una nueva realidad y estimular n el gran crecimiento econ¢mico en el curso de seis a nueve meses».
S¢lo que si bien el desempleo -y a eso se refer¡a Barak- constituye sin ninguna duda un factor determinante de pobreza, el Informe demuestra que no todos los que trabajan pueden ganar su sustento, de lo cual se desprende que el crecimiento por s¡ mismo no da toda la soluci¢n deseada.
Los indicios de desocupaci¢n como causa de pobreza est n a la vista. En el sector no jud¡o el porcentaje de pobreza es 38%, y es correlativo al porcentaje de desocupaci¢n. En general, entre las familias cuyos jefes no trabajan se registr¢ un 58,8% de pobres. Esto se refleja tambi’n en la distribuci¢n geogr fica de la pobreza de acuerdo a ciudades. La ciudad m s pobre es Benei Brak, donde el 28,5% de las familias est n por debajo de la l¡nea de pobreza y el 42,2% de los ni_os. La segunda es Jerusal’n, con el 27,1% de las familias y el 41,9% de los ni_os. Tercera Beer Sheva, con 22,1% (frente al 17% del a_o anterior, producto de la creciente desocupaci¢n en la capital del Neguev).
En los casos de Benei Brak y Jerusal’n, se trata de una desocupaci¢n elegida. En las familias de la ultraortodoxia los hombres suelen dedicarse al estudio de los textos sagrados y, en el mejor de los casos, la mujer se ocupa del sustento. En otros, la familia entera vive de los subsidios estatales.
Pero en Israel de 1998 hubo tambi’n 5.700 familias cuyos jefes trabajaron en relaci¢n de dependencia, con salario, y eran pobres, conformando un 8,5% de los asalariados del pa¡s. Entre quienes trabajaron en forma independiente el porcentaje de pobres fue 8,8% y abarc¢ a 1.800 familias.
Entre los sectores cuya proporci¢n de pobres descendi¢ en 1998 con respecto al a_o anterior se encuentran los ancianos (de 21,5% a 18,7%), los nuevos inmigrantes (de 16,7% a 15,3%) y las familias uniparentales (de 27,6% a 24,7%).
La brecha econ¢mica entre las clases altas y bajas de la sociedad israel¡ se ensanch¢ m s en 1998. El ingreso bruto del d’cimo alto fue 11,8 veces mayor que el del d’cimo inferior (31.426 sh’kels mensuales frente a 2.655, respectivamente). Como en el superior se pagan m s impuestos, el ingreso neto fue «s¢lo» 8,3 veces mayor que en el inferior: 20.222 sh’kels frente a 2.477.
La OCE se_ala que el total de ingresos de los hogares encabezados por un asalariado del d’cimo superior constituyeron el 28% del total de ingresos de todos los asalariados en 1998, en tanto que el inferior reuni¢ apenas el 2,4%. Los tres d’cimos superiores conforman el 56,8% del total de ingresos por salarios. Los tres inferiores, el 11,1%.
En cuanto a los promedios -que en tan notables diferencias pasan a ser cada vez m s falaces- para 1998, el ingreso bruto por hogar fue de 11,230 sh’kels mensuales, en tanto que el neto promedio fue de 8.610. Otro dato revelador: el ingreso promedio para un asalariado hombre fue en 1998 7.090 sh’kels, en tanto que para la mujer fue de 4.350.
Aurora